Delicado busto en marmolina o mármol reconstituido, Se trata de una figura de la escuela italiana, asimilable a las madonnas de Arnaldo Giannelli, escultor de Volterra, Italia; o a las obras de Gino Ruggieri en la Toscana, Italia. Presenta un ligero desperfecto en uno de los pliegues del velo, en el lado derecho de la cabeza, pero que no afecta a la estética general de la obra, como puede verse en las fotos.
El mármol reconstituido se elabora a partir de piedra caliza triturada y moldeada. Una vez desmoldeada, y curada al aire durante varias semanas, la figura presenta un tacto, dureza y densidad que en nada difieren del tradicional mármol tallado y pulido.
Esta figura de Madonna renacentista es una obra de arte excepcional, que toma como modelo la madonna pintada por Fray Filippo Lippi (Florencia 1406- Spoleto 1469), de la cual se muestra una fotografía al final de toda la serie. En 1456, Fray Filippo Lippi había recibido el encargo de pintar un cuadro para el convento de Santa Margherita, en Prato (Italia). Allí conoció a una joven novicia de la Orden, llamada Lucrecia Butti, hija de un florentino de nombre Francesco Butti. No se conoce con precisión la historia que sigue, pero parece que Lippi, hombre conocido por sus frecuentes e inconstantes afectos, se enamoró de ella, y, pidió permiso a la superiora del convento para tomarla como modelo en un retrato de la Virgen María o, tal vez de santa Margherita, que le habían encargado. Tuvieron lugar así varias sesiones de trabajo entre el pintor y la modelo, en el transcurso de las cuales mantendrían los primeros acercamientos. Después, durante una eventual salida de ella con motivo de una procesión, Lippi aprovechó la ocasión para arrebatar a Lucrecia y llevársela a su casa. Y, a pesar de los intentos de las monjas de la Orden por recuperarla, Lippi la mantuvo en su casa; aunque los magros ingresos de éste difícilmente podían sostener un hogar y una esposa, pues él era persona de origen humilde, juntos procrearon un hijo varón (este niño, con el tiempo, llegaría a ser un reconocido pintor con el nombre de Filippino Lippi). La situación económica de la familia mejoró al año siguiente, al ser Filippo Lippi nombrado rector en San Quirico de Legania, cargo del que obtuvo considerables ganancias. La familia pasó a vivir a Spoleto, donde, en 1469, Lippi estaba pintando una serie de escenas de la Virgen María para el ábside de la Catedral, tarea que dejó inacabada (y que tendría que ser terminada por uno de sus discípulos) debido a una indisposición por envenenamiento que le llevaría a la muerte. Se dijo que la familia de Lucrecia Butti estuvo detrás de la trama que provocó la muerte de Lippi, al enterarse de que éste había conseguido obtener una dispensa papal para casarse con Lucrecia. Se dijo también que alguna antigua amante despechada pudo envenenarlo. Tal vez ambas explicaciones sean válidas. Lo cierto es que el busto de marmolina que se presenta aquí es la recreación del retrato que Lippi pintó de su amada, la novicia Lucrecia Butti.
Altura: 18 cm; Anchura: 14 cm.
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