«Serie Verde» fue una denominación que funcionó a modo de línea bajo la que se publicaron diversas colecciones de fumetto italiano de género erótico y pornográfico. Se trataba de material procedente de la editorial milanesa Ediperiodici, que en España publicó la barcelonesa Editorial Astri entre 1988 y 1997 bajo la clasificación «relatos gráficos para adultos».
Las colecciones de la «Serie Verde» fueron: Ardientes, Backdoor, Club 69, Confesiones íntimas, Eroticón, Extasis, Fever, Free Sex, Furia Sexual, Grutas de Placer, Hot Hot, Húmedas, Insaciables, Orgía Privada, Perversas, Placer Perdido, Porno Party, Privee, Prostituta, Sádicos, Sex Private, Sperma, Tabú, Ultra-Hard y Vida Real.
La colección Fever de «Serie Verde» constó de 11 números ordinarios publicados en 1993, con entre dos a tres historietas pornográficas en cada número.
FEVER, Nº 4
Bisexual
San Francisco, en Estados Unidos, es una de las ciudades más permisivas del mundo… Sexo libre para todos los gustos. Hasta los homosexuales pueden casarse entre ellos.
Lila es una hermosa rubia bisexual que tiene dos amantes, Mark y la lesbiana Glenda.
Esta relación a dos bandas se complica cada vez más debido a los celos, y dado que Lila desea tanto a Mark como a Glenda, se le ocurre que la mejor forma de que ambos la demuestren su amor es compartiéndola en un trío, cosa que Lila además encuentra excitante. Sin embargo, para Glenda tener sexo con Lila habiendo un hombre de por medio le provoca un profundo rechazo…
Tercera edad
Adelina es una anciana muy humana y sociable, que observa cómo muchas de sus amigas de la tercera edad o se despersonalizan prestándose a cuidar a sus nietos o, carentes de intereses personales como ella, se marchitan. Y en cuanto a los hombres, cuando se jubilan se aburren o se adaptan a trabajos humillantes. Además, viudos aún viriles deben contenerse y esconderse con vergüenza de sus deseos naturales…
Adelina, que tiene una forma de ser muy práctica, entiende que es necesario hacer algo para aliviar a estos zánganos de la sociedad, pues es justo que los ancianos tengan sexo.
Así que, ante su falta de prejuicios y por su conocimiento de la vida emprendedora, Adelina decide montar en su gran piso bajo un saludable burdel para los ancianos, a modo de «servicio social», pues pagarían un precio adecuado a sus ingresos como pensionistas y las «señoritas» de placer invitadas a prestar el servicio, en su mayoría viudas que hace años que no están con un hombre, también se beneficiarían…
El club de los desinhibidos
Diego es un empleado de banca que hacía diez años dio un buen braguetazo al casarse con Ida, una guapa y fogosa mujer hija de un comerciante de alhajas.
Un buen día, César, un cliente del banco adinerado, soltero impenitente y mujeriego, le entrega una tarjeta de un club nocturno privado para liberales, con bar musical y en donde parejas y hombres o mujeres solos que no se conocen se exhiben y participan de orgías que no se ven siquiera en los cines porno.
Apenas llegado a casa, Diego no resiste la tentación de hablar con su esposa sobre el club privado, y ambos se calientan…
Una vez desfogados, Ida le dice a Diego que se olviden del club, pues seguramente sea un sitio frecuentado por patanes en busca de juerga y de mujeres busconas disfrazadas de clientas, con las parejas todas falsas.
Pero Diego sabe que el señor César no es ningún tonto, y no le convence la suspicacia de su mujer, así que discute el asunto con tres de sus amigos y colegas, y los cuatro deciden que sustituirán su partida en el bar de los jueves por la noche para ir al club liberal.
Los cuatro amigos no imaginan la sorpresa que les espera…