Los Defensores: Colmillos de fuego y sangre (Steve Gerber, Sal Buscema...) / Marvel Gold - 03/2014

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LÍNEA: Marvel Gold || SERIE: Los Defensores || TÍTULO: Colmillos de fuego y sangre || EDITOR: Panini Cómics España (Torroella de Montgrí, Girona) || GUION: Steve Gerber, Jim Starlin, Len Wein || DIBUJO: Sal Buscema, Jim Starlin, Don Heck, George Tuska || ENTINTADO: Mike Esposito, Vince Colletta, Sal Trapani, Dan Adkins, Don Newton, Jim Mooney, Bob McLeod, Jack Abel || COLOR: Petra Goldberg, Glynis Wein, George Roussos, Bill Mantlo, Stan Goldberg, Don Warfield, Phil Rachelson || INTRODUCCIÓN: Raimon Fonseca || FORMATO: Rústica (tapa semirrígida con solapas), 234 pp., il. col., 26 x 17 cm || EDICIÓN ORIGINAL MARVEL: Marvel Two-in-One Vol.1 #6-7 (noviembre, 1974 y enero, 1975), The Defenders Vol.1 #20-25 (febrero, 1975-julio, 1975), Giant-Size Defenders Vol.1 #3-4 (enero, 1975 y abril, 1975).

El cuarto tomo recopilatorio de las aventuras de los Defensores llega por fin a la ansiada etapa de Steve Gerber, largo tiempo reclamada por la afición marvelita. La serie del no-grupo alcanza la cifra mágica de veinticinco números (más dos especiales Giant-Size como los que escriben a seis manos el citado Gerber, Len Wein y Jim Starlin) con unas señas de identidad definidas. Los Defensores se han constituido en una circunstancial alianza en la que sus integrantes vienen y van en función de la aventura. Sin embargo, ya hay un par de elementos que, por residir exclusivamente en las páginas de la serie, tendrán ocasión de ser desarrollados por Gerber. Lo primero que se encuentra en este tomo es la continuación del misterio de la Valquiria. La guerrera de la mitología nórdica habita el cuerpo de una joven llamada Barbara Norris, de la que nada sabe. Su mente es una tabula rasa y ansía encontrar respuestas sobre la identidad de la mujer que alberga su espíritu. Sus pesquisas la llevarán a un encuentro con la Cosa y a un enfrentamiento con el Verdugo y con Amora, la Encantadora, viejos enemigos de Thor. Es Amora, la hechicera asgardiana, la responsable de la primera aparición de la Valquiria en la aventura que enfrentó a los Vengadores con las Liberadoras (por cortesía de Roy Thomas y John Buscema), así que su presencia (compartida entre la serie de Los Defensores y la coprotagonizada por Ben Grimm bajo la cabecera Marvel Two in One) está justificada. La aparición del Doctor Extraño permitirá conectar la existencia de Val con la aventura que prologó la aparición de los Defensores, en uno de esos ejercicios de continuidad que eran norma de la casa en aquellos días en los que el universo marveliano entraba en su adolescencia. La historia de la identidad de la dama nórdica será uno de los argumentos recurrentes de la colección, pero en este nuevo capítulo la Valquiria y los lectores solo encuentran callejones sin salida: unos progenitores trastornados y un esposo que es un perfecto desconocido.

La siguiente aventura introducirá en la escena a tres estrafalarios personajes aparecidos en diversas revistas del montón de la editorial. El Hombre Gorila, Jerold Morgan y Chondú el Místico. Los primeros son los prototipos de científico cuyos experimentos terminan volviéndose contra ellos. El segundo es uno de esos magos de baratillo de aspecto «arquetópico» que paseaban sus abracadabras aquí y allá. Su primera y puntual aparición en estas páginas será, como indica Gerber por boca del Doctor Extraño, el preludio de una singular aventura del no-grupo, amén de la constitución de uno de los equipos de villanos más estrafalarios de cuantos pueblan La Casa de las Ideas.

Después de este episodio de transición entre el misterio de Val y la misteriosa alianza entre los dos científicos y el místico, toca especial en el que Gerber, junto a Len Wein (su predecesor) y Jim Starlin (que ya había puesto sus lápices a disposición de los guiones de Tony Isabella en otro número de similares características) embarcan a los Defensores en las maquinaciones de En Dwi Gast, el Gran Maestro, el jugador cósmico. Su adversario será el Ajedrecista, un ordenador estratega creado por el Doctor Muerte y previamente aparecido en Strange Tales (cuando en sus páginas aparecían las aventuras de SHIELD narradas magistralmente por Jim Steranko). La aventura se desarrolla de la forma habitual: equipos que se enfrentan en combates singulares, final desesperado y giro inesperado promovido por la ludopatía de En Dwi Gast. Diez años más tarde Tom DeFalco y Steve Englehart volverían a repetir la jugada con más personajes, más enfrentamientos y el mismo final con trampa.

De vuelta en la Tierra un nuevo especial, ya con Gerber como único guionista, recupera al Escuadrón Siniestro, el viejo grupo de Halcón Nocturno, e introduce una línea argumental que, en la década siguiente, serviría a Jim Shooter y Roger Stern para abordar el destino de Henry Pym (y liberar a la Avispa de su emparejamiento). Trish Starr es la pareja del millonario Kyle Richmond (alter ego de Halcón Nocturno) y la sobrina de Elijah Starr, alias Cabeza de Huevo. Este científico, cuyo privilegiado cráneo bien podría haber inspirado a los Caraconos, fue el mayor enemigo de Henry Pym, de ahí que este, en su identidad de Chaqueta Amarilla, hará su aparición y se convertirá en uno de los miembros itinerantes de los Defensores. El especial servirá para ir colocando a Halcón Nocturno en una posición que le aleje definitivamente de la sombra de su fuente de inspiración y vaya trufando su existencia de amarguras. Obsesionado por hacer que el grupo funcione como tal, se desespera al ver que no hay una alineación definida y que sus compañeros vienen y van sin mayor control. Su carrera como superhéroe afecta a su vida personal y el aciago destino de Trish será otro motivo de amargura. El vía crucis no ha hecho más que empezar, porque otra sorpresa de las desagradables le espera en la siguiente aventura.

El último arco argumental contenido en el tomo constituye otra de las aventuras clásicas del no-grupo: el enfrentamiento con los Hijos de la Serpiente. Steve Gerber mete a los Defensores en cuestiones vinculadas con problemas sociales tan graves como la pobreza o el racismo. La colorida y escamosa hermandad de supremacistas blancos constituye una forma de abordar, desde la perspectiva del género superheroico, un asunto que siempre es espinoso en los Estados Unidos. La posibilidad de un presidente negro en 1975 entraba más en el campo de la ciencia ficción que en el de las hipótesis plausibles. La comunidad afroamericana desarrollaba una cultura propia en el campo del entretenimiento (a la cual el mundo del cómic no fue ajeno) y entre los sectores más carcas del colectivo «blanco-anglosajón-protestante» se desarrollaron reacciones frente a lo que percibían como un peligro para los valores eternos e inmutables de los Estados Unidos. Un año después, Don McGregor enfrentaría a la Pantera Negra con el Ku Klux Klan. Otros tiempos, otros autores, otra forma de acercar los cómics al mundo real. Para la posteridad queda la consagración de los Defensores como equipo indefinible, la reaparición de Daimon Hellstrom como miembro suplente y el primer encuentro entre dos héroes urbanos que habrán de ser grandes amigos: Daredevil (que también había hecho sus pinitos defensivos en entregas anteriores) y Luke Cage (que había conocido a los Defensores en una aventura previa donde Len Wein dejó parte de los aspectos literarios a su ayudante, un joven Chris Claremont).

En la parte gráfica, la presencia del eficaz Sal Buscema se ve complementada con un grupo de nombres propios de la historia del cómic estadounidense: Don Heck, George Tuska, Mike Esposito, Vince Colletta, Sal Trapani, Don Newton, Dan Adkins, Jim Mooney, Bob McLeod y Jack Abel. La diversidad de estilos convierte a este Colmillos de fuego y sangre en un pequeño tiovivo donde la afición puede encontrar a algún que otro autor particularmente memorable (en uno u otro sentido).

Una curiosidad final: en este tomo se puede ver la primera aparición de una de las ideas más singulares de cuantas surgieron del fértil cacumen de Steve Gerber; un elfo con pistola que va eliminando a diversos paisanos, y que estaba llamado a desencadenar otra aventura que, desgraciadamente, quedó truncada cuando el guionista abandonó la serie. Tendrían que pasar veinte años para que Gerber contara de qué iba la cosa (y de paso «birlara» a Howard el Pato de Marvel) en la breve pero entretenida Spider-Man Team Up.

SUMARIO

  • «Los Defensores: Etapas creativas», por Raimon Fonseca.
  • ¡La canción de muerte del destino!
  • ¡En nombre de la muerte!
  • ¡La mujer que era...!
  • Llegan... ¡los Hombres Cabeza!
  • ¡Juegos de dioses!
  • ¡Una noche demasiado fría para morir!
  • ¡Colmillos de fuego y sangre!
  • ¡...Las serpientes heredarán la Tierra!
  • ¡...En las fauces de la serpiente!
  • ¡La serpiente muda la piel!
avatar lecturaymas
Da 24/05/2012
Spagna (Madrid)
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