El Romancero gitano es una de las obras cumbre de Lorca, donde el folclore andaluz, el mito y el drama se funden en un universo poético de belleza trágica. Los gitanos son aquí símbolo de libertad y fatalidad. La Oda a Dalí introduce una voz más serena y racional, en homenaje al pintor y a la estética clásica. Juntas, ambas obras muestran el espectro emocional y estilístico de uno de los mayores poetas del siglo XX.