Antigua matraca de madera. Carraca. Instrumento musical tradicional palentino. Principios del siglo XX.
Matracas y carracas, participaban en el llamado Oficio de Tinieblas en el momento en que la liturgia indicaba que los fieles hicieran un poco de ruido.
Para la celebración, acudían los fieles provistos de matracas y carracas. Las parroquias y cofradías poseían las suyas para sus hermanos.
Comenzaba la celebración con el encendido del Tenebrario, candelabro triangular de quince velas, siete en cada lado y una en el vértice. Llegado el momento, se procede al apagado de velas, por orden alterno, de derecha a izquierda y de abajo a arriba hasta llegar a la vela María, que representa a Cristo, la luz del mundo. Terminado el rezo, esta vela, siempre encendida, se oculta detrás del altar. Es ahora, con el templo completamente a oscuras, en el recogimiento propio de la Pasión, en la celebración Oficio de Tinieblas cuando los feligreses, hacen un poco de ruido haciendo sonar repentina y estruendosamente matracas y carracas. Aprovechando tal circunstancia, sin embargo, se organizaba tal algarabía, combinada con excesos de todo tipo y amparada en la oscuridad reinante, que algunos párrocos decidieron suprimir la costumbre; así acabaron con destrozos (de bancos y confesionarios) y con bromas como la de clavar los chicos los mantones de las viejas al suelo o atarlos entre ellos para que se cayesen al intentar levantarse de los reclinatorios, con la consiguiente rechifla general.
Ha tenido carcoma pero ha sido tratada. En buen estado general.
Medidas: 21 por 6,5 por 16 centímetros de altura.