"Pan y trigo". pastel . 44 x 34. SIN MARCO
MANUEL TORRES. Marín, 1911-1995. Autodidacta, de intensa y fecunda tarea como pintor, se dedicó a la enseñanza en escuelas públicas. Su primer destino lo tuvo en una parroquia viguesa, y en Vigo tomó contacto con el excelente pintor e inquieto intelectual que fue Carlos Maside. Publica caricaturas, muy influidas por los modos de Castelao, en diarios vigueses durante los años veinte y los de la república. En 1927 es becado por la Diputación pontevedresa, ayuda que ya había buscado el año anterior y que se le negó en el siguiente, para cursar estudios en Madrid. En 1931 viaja a París con una bolsa de estudios, ayuda que recibe nuevamente en el bienio posterior. Visita constantemente los museos, con deseo inagotable de aprender. Participa en la muestra de Arte Gallego de Madrid, en 1928. Colabora en la prensa madrileña y envía obra a la Nacional de Bellas Artes de 1932 con un cuadro que elogia el crítico Manuel Abril. Celebra exposiciones individuales en ciudades de Galicia. Ensaya diferentes modos de expresión, que van del óleo a la acuarela, en la que llega a ser un consumado maestro, pasando por el linóleo y otras técnicas de grabado. Incluso talla figuras en madera, siempre buscando una tipología popular del mar o del campo gallegos. Durante la guerra civil se encierra en su villa natal de Marín y sigue pintando incansablemente. Vuelve a las exposiciones tras la contienda bélica. Se suceden en las ciudades gallegas, con gran éxito. En 1982 se le dedica una antológica en la Bienal de Pontevedra, que se repetirá en 1990. También Caixavigo realiza una exposición antológica del marinense, dentro de su serie de Grandes Artistas Gallegos, en 1987. En 1992 el Ayuntamiento de Marín le otorgó el título de hijo predilecto, y procede a la inauguración de un museo monográfico del artista, cuya obra está en todas las pinacotecas de Galicia y en instituciones oficiales y colecciones particulares. Torres es un neo barroco de ascendencia racial y folklorista. Ha sido fiel a una temática del campo y del mar gallegos, aunque ocasionalmente hizo una pintura muy francesa, de modernismo decadente, llena de color, de síntesis conceptual, muy bella. Su firme dibujo le ha permitido darnos ejemplos de gran fuerza expresiva, con figuras de anatomía rotundas y simplificadas, en hermosas sanguinas, modalidad que ha cultivado bastante. En el óleo es igualmente enérgico, con materia gruesa, abigarrada. Un mundo irónico, a veces onírico, puebla su arte, a caballo entre el post impresionismo y los modos fauvistas. Su cromatismo es casi agresivo, con fuertes contrastes de rojos, violetas, azules, ocres y negros. Un sentido muralista y narrativo preside su pintura de ascendencia folklórica, a cuyas figuras dota de ternura y no pocas veces de ironía. Ocasionalmente, se aproximó a los modos cubistas, más cerca de Bracque que de Picasso o de Juan Gris