El cuadro representa las cumbres de los Pirineos. Las montañas están cubiertas de niebla. El cielo está inundado de luz solar. El artista utilizó una paleta de colores atrevidos, desde tonos amarillentos apagados hasta vibrantes naranjas y morados. A través de estos tonos inusualmente vivos, el artista transmite la diversidad de la naturaleza y su belleza impredecible. Barnizado y firmado. 30 x 25 cm.