Esta obra se distingue por dos ideas principales: una atmósfera «acogedora» extremadamente positiva y una fabulosa e inusual combinación de colores. Como muchas de mis otras obras, este cuadro está realizado en colores vivos, el morado se ha convertido en dominante.
Además, se ha prestado especial atención a la luz: atención a los farolillos. Si hablamos del argumento en sí, se trata de una ciudad nocturna en invierno. Un padre y su hijo vuelven a casa después de un paseo. Caminan bajo la nieve: un verdadero placer invernal. Óleo, lienzo. Barnizado. Firmado. 30 x 25 x 2 cm.