Un cantante japonés se encuentra frente a una ola que se eleva, tocando el shamisen mientras el mar y el Monte Fuji resuenan en el fondo. La pintura combina música y naturaleza, reflejando la armonía entre la emoción humana y el poder del océano — un homenaje a la tradición y el espíritu japonés. Óleo sobre lienzo. Firmado. Barnizado.