Y cuando Elisabeth oyó la salutación de María, la criatura dio un salto en su vientre: y fue llena Elisabeth de Espiritu Santo, Y exclamó en alta voz y dijo: Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre. Y bienaventurada la que creiste, porque cumplido será lo que te fue dicho de parte del Señor. (Lc.Cap. I, vers. 41, 42, 45).-