Esta obra de arte sacra representa una escena profundamente espiritual en estilo bizantino, con tres figuras sagradas: Jesucristo en el centro, Dios Padre a la derecha y la Virgen María a la izquierda. Pintado con técnica tradicional sobre fondo dorado, este icono transmite solemnidad y devoción. El texto griego inscrito en la imagen refuerza su autenticidad y simbolismo teológico. Ideal para coleccionistas, espacios de oración o decoración espiritual.