MUY ANTIGUA BOTELLA DE AGUA MINERAL MANANTIAL DE MORATALIZ - MADRID

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Condizioni del lotto: Normale (con segni di utilizzo normale)

27 CM DE ALTURA. TAPÓN DE CORCHO.

DATACIÓN: ENTRE 1911 Y 1930.

HISTORIA: La dirección de Casa Yost no fue la única actividad empresarial de María Espinosa. En 1911, inició la comercialización de las aguas minero-medicinales de Morataliz, quizá procedentes de alguno de los numerosos manantiales existentes en las dehesas sobre las que hoy se alza el barrio madrileño de Moratalaz. En 1915, las aguas recibieron la declaración de utilidad pública tras los análisis efectuados por varios expertos como el médico Hipólito Rodríguez Pinilla (1860-1936), catedrático de Hidrología Médica en la Universidad Central de Madrid. El principal componente era el bicarbonato magnésico (0,3 gramos por litro). De efectos laxantes que no perjudicaban la asimilación de alimentos, las aguas de Morataliz resultaban idóneas para hacer régimen contra la obesidad y estaban indicadas en enfermedades del aparato digestivo (dispepsia, úlcera, gastritis, litiasis biliar, catarro intestinal, diabetes, estreñimiento), pero también en otras patologías (cálculos renales, reuma, gota o neurastenia) e incluso como aguas de mesa en razón de su delicado gusto, llegando a ser empleadas en los hospitales de la Beneficencia Provincial de Madrid. Entre sus virtudes también estaban la carencia de microorganismos y, sorprendentemente, su radioactividad.

Este agua mineral tuvo una gran difusión publicitaria y se vendía en la propia Casa Yost en botellas de 90 centilitros a una peseta la unidad, pero también por lotes de doce y de seis a unos precios de 10,50 y 5,50 pesetas respectivamente, si bien el precio del casco (25 céntimos) se reintegraba a su devolución.

En 1915, María Espinosa registró una marca (nº 26270) con la denominación “Aguas de Morataliz” y un modelo de fábrica (nº 1557) para botellas destinadas a contener dichas aguas medicinales. La marca incluía el análisis químico oficial y una descripción de sus cualidades terapéuticas. Por su parte, el modelo mostraba una botella de original diseño, de forma bombeada, y llevaba la denominación de las aguas junto a un anagrama formado por las letras M y E, las iniciales del nombre de la propietaria. 

La tramitación del modelo sufrió un pequeño contratiempo burocrático, ya que se requirió a Espinosa que demostrara su condición de fabricante a través de la cédula de la contribución industrial. En la alegación elevada por el agente, se hacía gala del prestigio de Espinosa como directora de Casa Yost, indicando asimismo que ya había sido usuaria del RPI y que estaba inscrita como comerciante en el Registro Mercantil, pero también en la contribución industrial de Madrid desde 1912 (aunque como apoderada de Bartholomew). Igualmente, se hacía conocer a la administración que Espinosa no tenía pensado convertirse en fabricante de botellas, sino que el envase ideado por ella trataba de distinguir sus aguas minerales del resto y que, por tanto, su fabricación (pero no su propiedad) había sido encargada a una industria del ramo, siguiendo así las prácticas habituales de, por ejemplo, los monjes benedictinos y cartujos, que registraban tipos de envases para sus licores bajo marcas y modelos sin que ello implicase que fuesen los fabricantes de los recipientes.

La marca y el modelo de las aguas medicinales estuvieron vigentes hasta 1930, lo que hace pensar que el producto tuvo cierto rendimiento económico.

avatar pacoduque
Da 11/05/2002
Spagna (La Rioja)
Venditore registrato come privato.