Un Juan Carlos Monterrey recental, demasiado joven para seguir los pasos de un Guardiola y aún pronto para las modernidades de ciertos vocalistas muy pendientes de Paul Anka. Y en este momento del disco en cuestión y en los que estarían por llegar (su etapa Vergara, yeyé ma non troppo) con esa fijación Gatica tan agradable que embelesaba. Aquí las piezas vienen firmadas por Mario Clavel, ¡ Raúl Matas!, el chileno entretenedor y maestro de las ondas, y unos cuantos autores españoles más. En su medida, una pequeña joya de lo melódico nacional.