El asentamiento definitivo de Raphael como idolo pop. YO SOY AQUEL contiene todos los defectos y virtudes que le han de acompañar durante décadas (amaneramiento de lo más exhibicionista, chorro de voz al servicio de una dramaturgia entre existencialista y Susan Hayward...) . En ES VERDAD de Tonio Areta sus excesos toman un cariz frivolo dentro del más pizpireto ye yé.