COLECCIÓN: La colección definitiva de Spiderman || NÚMERO: 26 || TÍTULO: Tormento || EDITOR: Editorial Salvat (Barcelona, Cataluña, España) || REALIZACIÓN EDITORIAL: Panini Cómics España || GUION: Todd McFarlane || DIBUJO: Todd McFarlane || ENTINTADO: Todd McFarlane || COLOR: Bob Sharon, Todd McFarlane, Gregory Wright || INTRODUCCIÓN: Ed Hammond || FORMATO: Cartoné (tapa dura), 128 pp., il. col., 26 x 18 cm || ISBN: 9788447136094 || EDICIÓN ORIGINAL MARVEL: Spider-Man Vol.1 #1-5 (agosto-diciembre, 1990).
Spiderman: La colección definitiva, editada por Salvat por acuerdo con Panini Cómics España, se compone de sesenta tomos recopilatorios que reúnen arcos narrativos (aventuras completas) trascendentales en la historia de Spiderman publicados previamente por Marvel Comics, ya sea dentro de series regulares o miniseries. Cada uno de los tomos es de tapa dura, su periodicidad fue quincenal y se publicaron en España entre el 29 de agosto de 2017 y el 3 de diciembre de 2019, siendo también distribuidos más tarde en Argentina.
Además de los episodios correspondientes, cada tomo contiene galerías de las portadas de los comic-books originales, bocetos de los personajes, relatos entre bastidores de la creación de las historias e información sobre los personajes, guionistas y dibujantes.
Como peculiaridad artística de la colección, las ilustraciones en el lomo de cada tomo conforman en el conjunto de las sesenta entregas una única ilustración panorámica con diversos personajes relacionados con Spiderman, ilustración que se corresponde a la formada por las cubiertas de los números 642 a 647 de The Amazing Spider-Man Vol. 1, obra del ilustrador y artista conceptual alemán de ascendencia serbia Marko Djurjevic.
SPIDERMAN: LA COLECCIÓN DEFINITIVA, N.º 26: TORMENTO
Tormento recoge los cinco primeros números de la serie Spider-Man, en la que, a través tanto del guion como de los dibujos, el genial Todd McFarlane dio rienda suelta entre 1990 y 1991 a lo que él tenía en mente para el personaje. Para comenzar con la serie, el autor partió de una de las grandes historias de Spiderman, La última cacería de Kraven, a la que añade unas dosis de magia negra y una buena cantidad de Lagarto enfurecido. En los primeros números se puede ver como la antigua novia de Kraven, Calypso Elizi, busca venganza por la muerte de su amado, y no se le ocurre mejor idea que practicar vudú lanzando a un Lagarto sediento de sangre sobre un confuso Spiderman.
Aprovechado el halo oscuro, salvaje, sádico y tétrico que tan bien maneja McFarlane, nos encontramos con un Lagarto salvaje como nunca, un ser sin atisbo de inteligencia que únicamente se mueve por un instinto reptiliano asesino deseoso de llevar a Spidey a la tumba. Tanto es así, que el alter ego del monstruo, el doctor Curt Connors, ni siquiera pronuncia una sola palabra en todo el arco argumental y Spiderman se percata enseguida de que algo raro pasa, porque su brutalidad excede los límites que ya se conocían.
El trepamuros se balancea por una Nueva York más oscura que nunca, con unos juegos de luces y sombras que se inclinan más hacia lo sombrío que hacia lo típicamente luminoso del cómic de superhéroes.
En cada página se aprecian reminiscencias del trabajo previo del autor con Batman, como esa oscuridad y ese afán por ocultar todo en las sombras, sin olvidar las enormes capas que son capaces de ocupar prácticamente toda una página. Y es que esto acabaría por convertirse en una marca de la casa que tendría continuidad posteriormente en Image Comics con Spawn.
En estas páginas también se hace gala de una gran cantidad de violencia, sangre y actitud despiadada, todo retratado de un modo que también supuso una revolución. Aquí nos encontramos con viñetas alargadas, desdibujadas y desordenadas, que a veces son a doble página en horizontal y otras ocupan toda una página en vertical. De hecho, casi podría decirse que no son ni viñetas, sino meras composiciones de dibujos en un orden lógico.
Por todo esto, Spider-Man se convirtió en una serie de referencia, ya no por crear un nuevo estilo para el trepamuros que, pese a ser contrario a lo que se venía haciendo se ajustaba a él como un guante, sino por el éxito que supuso para su autor y para la editorial, traducido en ventas millonarias. Y aunque no había demasiado equilibrio entre la calidad del dibujo y del guion, el éxito de la serie fue tan rotundo que, aunque solo sea por eso, todo aficionado a Spiderman en particular, y a los cómics en general, debería ponerle la mano encima.
SUMARIO