Antiguos Pendientes Catalanes de Oro y Esmeraldas Naturales. Siglo XVIII
Extraordinaria pareja de pendientes catalanes de finales del siglo XVIII, elaborados en oro de 14 quilates con esmeraldas naturales. Una joya que captura toda la esencia del arte orfebre de la Cataluña dieciochesca. De diseño arquitectónico, estructurado en tres cuerpos articulados mediante bisagras, esta obra de orfebrería tradicional destaca tanto por su imponente presencia como por su técnica artesanal minuciosa. La estructura articulada no solo aporta un elegante movimiento al lucirlos, sino que es fiel reflejo de la alta joyería nupcial de la época.
La parte superior, en forma de rombo con perfil almohadillado, exhibe una esmeralda central de talla tabla. Le sigue un cuerpo intermedio calado con profusión de motivos vegetales simétricos, donde se engastan múltiples esmeraldas rectangulares, cuadradas y en forma de lágrima, todas talladas en tabla o talla libre, aportando un vibrante juego de luces verdes sobre el oro cálido. El cuerpo inferior, en forma de lágrima invertida, enmarca una esmeralda central rodeada por trabajo grabado a buril, cerrando la composición con perlas de oro decoradas con más esmeraldas.
Cada piedra fue engastada manualmente, en biseles cerrados o cerraduras simples, en un proceso que revela la pericia del orfebre. Se aprecian soldaduras visibles y punzonados ornamentales, así como una leve asimetría que certifica la manufactura artesanal y la autenticidad de las piezas. Los ganchos originales, sobredimensionados, estaban pensados para traspasar mantillas o cofias, lo que indica su uso en celebraciones religiosas o bodas.
Estas joyas no solo representan un elevado estatus social, sino que también encarnan una tradición cultural muy arraigada: las “joies de núvia”, joyas de transmisión familiar vinculadas al matrimonio. Eran piezas encargadas en talleres especializados de ciudades como Barcelona, Reus o Tortosa, y a menudo se utilizaban esmeraldas procedentes de América del Sur, especialmente Colombia, traídas a través de las rutas comerciales del puerto de Cádiz.
Su estado de conservación es notable. Presentan ligeras inclusiones y pequeñas irregularidades en las esmeraldas, así como leves alteraciones en el dorado, todas ellas coherentes con la edad de las piezas y, lejos de restar valor, reafirman su autenticidad histórica.
Pieza perfecta para coleccionistas de joyería antigua o para quien busque una joya histórica con fuerte valor simbólico y patrimonial.
Medidas: 11,5 cm x 3 cm (4.53 in x 1.18 in). Peso: 42,9 gramos.
Historia de los pendientes catalanes
Los pendientes de oro articulados con esmeraldas fueron una expresión del lujo y la tradición en la Cataluña del siglo XVIII, en un contexto marcado por la recuperación económica y el auge de las clases acomodadas tras la Guerra de Sucesión. En esta época, Barcelona y otras ciudades catalanas como Reus o Tortosa se consolidaron como centros de producción joyera, combinando influencias francesas, italianas y españolas en diseños únicos. La orfebrería catalana del período tardo-barroco se caracterizaba por su minuciosidad, riqueza ornamental y por el uso generoso de oro de bajo quilataje, como el de 14K, más fácil de trabajar. Las esmeraldas, muy valoradas por su color y simbolismo, llegaban principalmente desde las minas colombianas a través del comercio transatlántico. La costumbre de regalar joyas como dote o símbolo de enlace matrimonial era habitual en familias burguesas y acomodadas, y estas joyas se conservaban durante generaciones. Los pendientes articulados eran especialmente populares por su dinamismo y el brillo que aportaban al rostro, muy apreciados durante las fiestas y ceremonias religiosas. Con el paso del tiempo, muchos de estos conjuntos desaparecieron o fueron fundidos, lo que convierte a esta pareja en un testimonio excepcional de la joyería tradicional catalana.osperidad.