"De la misma manera que la nueva cultura enteogenica supone cierta maduracion respecto de la psicodelia de los sesenta el final del trayecto solo puede ofrecer la recepcion integrada de las sustancias visionarias; precisamente por ser las propias contradicciones emergentes las que animen a la solucion de las mismas. Lo contrario, es decir, la paralizacion de tal proceso solo podria ser viable desde intereses muy especificos y desde colosales concentraciones de poder. Y en esas estamos gracias a las llamadas politicas prohibicionistas. El hecho de que un determinado proceso en curso, necesariamente, tenga ambitos de problematicidad no supone que la mejor solucion sea tachar la presencia de los diversos psicoactivos en nuestra sociedad bloqueando su recepcion integrada y posibles usos. Las mejores soluciones al problema de las sustancias psicoactivas, con seguridad, vendran de politicas pragmaticas como la llamada politica de reduccion de riesgos o de modelos como el holandes y no de la llamada por Antonio Escohotado inquisicion farmacratica ni del furor prohibicionista. En este sentido es importante considerar como las buenas politicas saben atender a los propios equilibrios de los procesos sabiendolos alentar. Saber rescatar la prudencia y la moderacion, exiliar el furor intervencionista que desgrana la prohibicion y dejar ser a las propias dinamicas, orientandolas y estimulandolas, acaso sea la mejor receta para dejar atras en la historia las ya cuatro decadas de politicas sobre drogas instaladas en el mas absoluto fracaso."