Mi hipotesis es que la emocion de terror artistico implica necesariamente una combinacion de miedo y repulsion con respecto al pensamiento de monstruos como Dracula, de tal modo que esos estados cognitivos producen alguna clase de agitacion fisica, que puede ser tan evidente como el temblor o que se revuelva el estomago, o tan sutiles como un estremecimiento, o una sensacion fuerte de aprension fisica, de alerta o de presentimiento... Esas emociones pueden surgir del pensamiento de tales criaturas y no requieren que creamos en su existencia. El estado mental de la audiencia, por tanto difiere del estado psicologico de los personajes en cuanto a su creencia en los monstruos, pero converge respecto al modo en que las propiedades de esos monstruos son percibidas emocialmente.