Estamos en el verano de 1945 en la vieja ciudad imperial de Kyoto. Desde Hiroshima y Nagasaki llegan rumores acerca de poblaciones enteras arrasadas por una bomba luminosa lanzada desde un avion extranjero. La gente espera las instrucciones del Emperadora: la muerte antes que el deshonor y la derrota. Pero Japon se rinde y la vida continua. Llegan unos hombres altos, rubios, con ojos azules, que llevan cruces y gafas oscuras y, con ellos, llegan tambien cambios radicales en la vida cotidiana de los japoneses, incluso en la de la pequeña Saya, a traves de cuya vision de ese mundo en mutacion se cuenta esta historia. Saya vive no solo la experiencia de la violencia, la ternura, el hambre y la muerte, sino tambien el conflicto que enfrenta a su padre un importante sacerdote Shinto que presiente el advenimiento de un mundo nuevo, al que comprende y tolera con su madre, obstinadamente aferrada a las antiguas tradiciones heredadas del abuelo samurai.