Otra de las típicas novelas de la primera época del autor con sus antiheroes barceloneses, inadaptados, viajeros con el spleen por montera a la manera más neorromántica del mito pero dentro de un estilo narrativo alambicado y complejo no exento de toques provocadores en cuanto a aspectos de la sexualidad inusuales en nuestra literatura contemporánea hasta la fecha (Moix no aspiraba a ser un vulgar pornógrafo a lo Retana o un Marqués de Vinent, claro)