Sonata a Kreutzer (León Tolstói) / Novelas Inmortales, 20 - SARPE, 1984

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GÉNERO: Novela || COLECCIÓN: Novelas Inmortales || AUTOR: León Tolstói || EDITOR: SARPE (Madrid, España) || TRADUCCIÓN: A. Pérez (Técnicos Editoriales Asociados) || COLABORACIÓN: TEA (Técnicos Editoriales Asociados) || FORMATO: Símil piel (tapa blanda), 164 pp., 19 x 12,5 cm  || EDICIÓN ORIGINAL: Крейцерова соната [Kreitserova Sonata] (1889), Bibliographic Office, Berlín, Alemania.

Tolstói terminó la novela Sonata a Kreutzer a fines de 1889 y se recitó al público en una editorial de amigos, pero era obvio que la censura rusa no permitiría que se publicara la historia de un crimen conyugal que además reflexiona sin tapujos sobre la rabia de los celos y el papel de la sexualidad en las relaciones entre hombres y mujeres. En Rusia solo circularon unos pocos cientos de copias clandestinas mimeografiadas del texto escrito a mano. En 1890, la editorial alemana Bibliographic Office (B. Berg) publicó en Berlín la primera edición en cuatro idiomas simultáneamente (ruso, alemán, francés e inglés). En ese mismo año, el Servicio Postal de Estados Unidos prohibió el envío de periódicos que contuvieran fragmentos de la obra. Esta medida fue ratificada por el fiscal general de Estados Unidos ese mismo año. En palabras del propio presidente estadounidense Theodore Roosevelt, Tolstói era «un pervertido sexual y un desvirtuador de la moral».

A partir de un crimen, esta obra constituye un alegato sobre el ideal de la abstinencia sexual y un tratado exhaustivo en primera persona acerca del sentimiento de los celos. En la novela reverberan los celos que experimentó Tolstoi por el encaprichamiento de su mujer Sofía Behrs con el compositor Serguéi Tanéyev y su música.

Relata la historia de Pózdnyshev, un hombre que se casa enamorado y dispuesto a llevar una vida de tranquila felicidad doméstica. Pero las dulzuras de la luna de miel pronto dejan paso a la rudeza de la vida cotidiana, cuando el amor se quita la máscara y queda la descarnada realidad. Cuando por último entran en escena los celos, el final trágico se precipita: Pózdnyshev quitará la vida a su mujer.

El protagonista es consciente de que lo que ha hecho está mal y la idea del cuerpo de su esposa, inerte solo por su causa, le llena de horror. No obstante, comprende que sus actos han sido el fruto de una serie de hechos y convenciones de las que él no ha tenido la energía suficiente para escapar.

La primera parte de la novela, en la que el protagonista se dedica a narrar sus reflexiones acerca de lo que suponen las relaciones entre hombres y mujeres, es magistral. Tolstoi se sirve de un personaje que ha tocado fondo, un asesino, para poner en su boca pensamientos que nadie más podría expresar sin causar escándalo y que sin embargo, están llenos de razón.

Pózdnyshev no se engaña y considera que un único sentimiento preside las relaciones entre hombres y mujeres: el deseo sexual. Un deseo primigenio, esencia misma del ser humano, pero que este ha tenido que disfrazar bajo la palabra «amor», para no tener que reconocer ante sí mismo que, al menos en ese aspecto, muy poco le diferencia del resto de los animales.

Al hombre se le educa además desde su primera juventud para que satisfaga esa pasión y se le enseña a mirar a la mujer como vehículo para la obtención de un placer que, además, es saludable. El hombre no es capaz de contemplar a la mujer como una compañera, mucho menos como a una igual: la mujer es simplemente un objeto de placer. A algunas se las puede conseguir de una manera sencilla; para conseguir a otras, y por un convencionalismo social, es necesario pasar por el trámite del matrimonio.

La mujer, por su parte, debe convertirse en una simple mercadería y lograr convencer a algún hombre de que pague el precio (el matrimonio) para poder disfrutar con ella de los placeres sensuales; además de abrirle a ella a su vez la puerta a esos placeres que de otra manera le están vedados. Pózdnyshev, de regreso del infierno tras matar a su esposa, se rebela contra una sociedad que bendice unas relaciones desiguales.

El hombre humilla a la mujer cada vez que la contempla como un objeto destinado sólo a su placer. E inevitablemente, la contempla así siempre, porque eso le dictan sus instintos y eso aplaude la sociedad. El hombre precisa satisfacer su sensualidad siempre, y eso le lleva a ser el único animal que no respeta los periodos de gestación o lactancia de su compañera: no aprecia el milagroso esfuerzo de dar vida a un nuevo ser, sino que sigue buscándola para su solaz. Siendo esto así, jamás podrá darse una relación de igualdad entre hombres y mujeres.

En la segunda parte de la novela, el protagonista abandona las reflexiones generales sobre las relaciones entre hombres y mujeres, para centrarse en los detalles de su infeliz vida matrimonial, donde los momentos de deseo acabaron por no poder encubrir el odio que se había ido desarrollando entre los cónyuges. Destaca en esta parte el final dramático y la tensión creciente que conduce a él.

Una reflexión apunta, no obstante, entre el relato de los acontecimientos. Y es que la esposa de Pózdnyshev, hermosa, liberada por los médicos del peligro de la maternidad, vuelve a ser un bocado apetecible, no solo para su esposo. La idea de que pueda gozar de placeres sensuales con otro, liberada del temor de engendrar un hijo fuera del matrimonio, enerva a un marido que, por una vez, teme a una mujer dueña de su sexualidad.

En resumen, una obra que invita a reflexionar sobre el papel de la sexualidad en las relaciones entre hombres y mujeres, mostrando que, en algunos sentidos, poco han cambiado a pesar del paso del tiempo.

Sonata a Kreutzer toma su título de la composición homónima para violín y piano de Ludwig van Beethoven dedicada al violinista, profesor, compositor y director de orquesta francés Rodolphe Kreutzer (1766–1831).

AUTOR

El conde Lev Nikoláievich Tolstói, también conocido en español como, León Tolstói (Yásnaia Poliana, 1828 – Astápovo, en la actualidad Lev Tolstói, 1910), fue un novelista ruso, considerado uno de los escritores más importantes de la literatura mundial.​ Sus obras más famosas son Los Cosacos (1863), Guerra y paz (1869) y Ana Karénina (1877), las dos últimas consideradas como la cúspide del realismo ruso, junto a obras de Fiódor Dostoyevski.

Los Tolstói eran una conocida familia de la antigua nobleza rusa. León fue el cuarto de los cinco hijos del conde Nikolái Ilich Tolstói y la condesa Mariya Tolstaya (Volkónskaya). En 1844 comenzó a estudiar Derecho y Lenguas Orientales en la Universidad de Kazán, pero pronto abandonó sus estudios y regresó a Yásnaya Poliana, para luego pasar gran parte de su tiempo entre Moscú y San Petersburgo.

Aunque en una de las campañas de la Guerra de Crimea (1853-1856), Tolstói ingresa a la brigada de artillería como suboficial, en la misma batería que su hermano, sus ideas sobre la «no resistencia violenta» —un punto central de la visión del cristianismo no ortodoxo de Tolstói—, expresadas en libros como El reino de Dios está en vosotros (1894), tuvieron un profundo impacto en grandes personajes como Gandhi y Martin Luther King.

Tolstói tuvo una importante influencia en el desarrollo del movimiento anarquista, concretamente, como filósofo de la corriente anarquista cristiana y anarcopacifista. El teórico anarquista ruso Piotr Kropotkin lo citó en el artículo «Anarquismo» de la Enciclopedia Británica de 1911.

Fue precursor de lo que poco después se denominaría naturismo. Tolstói, escribe en su postrer libro Últimas palabras (1909) que vivamos según la ley de Cristo: amándonos los unos a los otros, siendo vegetarianos y trabajando la tierra con nuestras propias manos.

Tolstói dio origen al denominado Movimiento tolstoyano. Tras ver la contradicción de su vivir cotidiano con su ideología, decidió dejar los lujos y mezclarse con los campesinos de Yásnaia Poliana, donde él se crio y vivió. No obstante, no obligó a su familia a que lo siguiese y continuó viviendo junto a ellos en una gran parcela, lugar al cual con frecuencia solo llegaba a dormir, gastando la mayor parte del día en el oficio de zapatero. Fundó en la aldea una escuela para los hijos de los campesinos y se hizo su profesor, autor y editor de los libros de texto que estudiaban. Impartía módulos de gimnasia y prefería el jardín para dar clases. Creó para ello una pedagogía particular cuyos principios instruían en el respeto a ellos mismos y a sus semejantes.

Tolstói murió en 1910 a la edad de 82 años, de una neumonía​ en la estación ferroviaria de Astápovo, después de caer enfermo cuando abandonó su casa a mediados de invierno. Su muerte llegó tras huir del estilo de vida aristocrático y separarse de su esposa. Tolstói había intentado renunciar a sus propiedades en favor de los pobres, aunque su familia, en especial su esposa, Sofía Behrs, lo impidió. Este fue uno de los motivos de por qué Tolstói había decidido abandonar su hogar.

La policía restringió el acceso a su funeral, pero miles de personas se unieron a la procesión, muchas de ellas sin saber acerca de los excelsos logros como autor que Tolstói había alcanzado. Sus restos mortales yacen en su casa en Yásnaia Poliana.

Las Obras Completas de Tolstói fueron publicadas entre 1928 y 1958. Se trata de 90 tomos, cuyos últimos 32 volúmenes recogen la correspondencia del conde. Esta edición no es fiable: la censura soviética consideró «políticamente incorrectos» muchos pasajes. Por eso es preciso consultar los manuscritos originales en el Museo Tolstói de Moscú.


COLECCIÓN «NOVELAS INMORTALES»

La colección Novelas Inmortales fue lanzada en agosto de 1984 por SARPE (acrónimo de Sociedad Anónima de Revistas, Periódicos y Ediciones), editorial española que publicó colecciones de libros distribuidos en quioscos,​ así como las revistas Telva, Cómplice, Mucho Más, Greca, Prima, Vitalidad y Nuevo Estilo, entre otras. A finales de la década de 1980 era líder de la prensa del corazón y estaba controlada por un grupo de inversores árabes. En 1988 la compró el grupo editorial alemán Axel Springer AG, en ese momento uno de los grupos editoriales europeos más destacados.

La colección «Novelas inmortales» se compuso de 55 novelas, siendo la primera de ellas La Regenta, de Leopoldo Alas Clarín, y la última Nuestra Señora de París, de Víctor Hugo, publicada en dos volúmenes (54 y 55) en noviembre y diciembre de 1985, si bien había prevista una número 56 (Moby Dick, de Herman Melville), que no llegó a publicarse.

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Da 24/05/2012
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