Titulo: Dirección asistida.
Subtitulo: Cómo conducir equipos a la excelencia.
Autor: Casado González, José Manuel.
Prologo: Punset, Eduardo.
Editorial: LID Editorial Empresarial, S.L.
Colección: Acción Empresarial.
Idioma: Castellano.
Idioma publicación: Castellano.
Fecha impresión: 05/2006
Edición: 1 ª ed. 2006
Encuadernación: Rustica,
Tapa: Blanda il, con solapas.
Paginas: 270
Medidas A,L,A: 15 x 22 x 1,5 cm.
Peso: 399 gr. sin embalaje, portes 6 €
ISBN: 84-88717-97-0
Observaciones: Excelente, ver fotos.
Estado del Libro: Nuevo.
IMPORTANTE: Para los compradores nuevos o novel de todocolección que les interese algún lote mío, pregunten todas sus dudas antes de comprar, en Preguntas y respuestas de cada lote, no lo hagan al revés, siendo una perdida de tiempo mía y de ustedes, en todos los lotes esta indicado su precio y portes, muchas gracias.
Sinopsis:
Muy recomendable para todos los directivos o aspirantes, interesados en mejorar su dirección de personas, este libro es un referente.
Hubo un emperador aficionado a los trajes a cuyos oídos llegó la noticia de dos sastres prodigiosos, capaces de confeccionar hermosas prendas con la milagrosa virtud de ser invisibles para los estúpidos o los que no fueran aptos para su cargo.
En realidad, los supuestos sastres no hacían ninguna prenda y se limitaban a fingir que trabajaban en ellas, guardando para sí los costosos materiales que les entregaban para ese fin. Cuando el emperador adquirió uno de sus trajes, quiso evitar que lo tuvieran por inepto y, simulando que podía verlo, salió desnudo a desfilar por las calles de su reino.
Todos sus consejeros y los demás habitantes elogiaron ampliamente el vestido, pues aunque solo veían el cuerpo del emperador, querían evitar la vergüenza de que los consideraran estúpidos.
Finalmente, fue un niño el que exclamó: ¡Pero si el emperador no lleva nada!
Esta conocida historia de Andersen puede servir como punto de partida para todo directivo que se enfrente a la difícil tarea de conducir una empresa y asumir, en consecuencia, la gestión de los intangibles que la integran. Muchos directivos, al igual que aquel monarca, no solo enfrentan una gran dificultad para observarse a sí mismos y reconocer sus circunstancias, sino que en el momento de buscar algún tipo de feedback en sus colaboradores, solo encuentran elogios y vanas alabanzas, resultado de sus temores o del deseo de ganar sus favores.
El directivo nunca está solo, y nada más perjudicial que su aislamiento del medio en el que se desenvuelve, pues la dirección es, de forma paradójica, la posición que exige un mayor servicio a los demás. Un directivo no está para que lo sirvan, si no para servir a los otros.
Así entendida, la gestión directiva es una labor eminentemente social. Dado que las empresas tienen un enorme componente inmaterial y los seres humanos que las integran no son materia cuantifica ble, el directivo debe aprender a gestionar los intangibles que dan vida a su corporación y a desarrollar sus competencias emocionales para estar en contacto consigo mismo y con sus colaboradores.
En la actualidad, las empresas dedican mucho tiempo a repensar y preservar el pasado y muy poco a predecir el futuro. Los directivos emplean la mayor parte del día a día en resolver asuntos urgentes y triviales y apenas si dedican un 1% ó 2% de su tiempo a pensar en el futuro, para mejorar la eficacia y el rendimiento de la organización.
Asistimos a un mundo globalizado en el que el ordenador y el comercio electrónico han gestado una nueva revolución; en el que los mercados se trasladan de la industria de productos manufacturados a los servicios del saber, la educación y la atención sanitaria; en el que se dan nuevas formas de trabajo, nuevas estructuras familiares, nuevos roles para las mujeres; en el que sigue aumentando la expectativa de vida y en el que crecen sin cesar las migraciones masivas.
Un análisis netamente económico y numérico no permite abarcar la complejidad de estos procesos ni hacerle frente al futuro. Para sobrevivir a las transformaciones geopolíticas y sociales que se imponen en el tercer milenio hay que des aprender el pasado, cuestionar el presente y aprehender el futuro.
La velocidad de los cambios hace más difícil predecir este último, ya de por sí invisible, pero los responsables de las organizaciones deben asumir estos retos y ajustar su gestión a los requerimientos actuales, en los que no encuentran cabida las jerarquías tradicionales, burocráticas y centralizadas, y resulta imperativo garantizar el acceso a la información y la autonomía de los empleados en el desempeño de sus tareas.
En lugar de ordenar y controlar, la dirección ha de centrarse en coordinar y cultivar. Y para ello, los directivos deben formarse en el arte de servir a las personas y gestionar los intangibles. Dirigir es conseguir que la gente haga lo que debe; liderar, que quieran hacerlo.
Convencido de que el liderazgo es un fenómeno cuyo reconocimiento depende de la gente que está con el líder, la tesis del libro pone el acento en cómo y qué hacer para mejorar esa percepción y hacer que colaboradores y equipos pongan su voluntad a merced del directivo.
Ser mejor persona y mejor líder, lograr el reconocimiento de tu equipo, desarrollar su comunicación, motivación y eficiencia, y tu capacidad de negociar, dirigir, para formar entre todos, un equipo excelente.