En esta rara pieza narrativa, Leonardo Castellani explora una de sus zonas más singulares: el cruce entre el relato policial, la fábula moral y la imaginación fantástica. El enigma del fantasma en coche pertenece a ese grupo de textos breves donde el autor experimenta con atmósferas de misterio, apariciones y falsas pistas para desembocar en una revelación que, más allá del sobresalto, apunta siempre a una reflexión ética o teológica.
La edición —de época, difícil de hallar y habitualmente ausente en catálogos generales— presenta una cubierta ilustrada de estilo pulp, con un trazo expresionista que acentúa el clima inquietante del cuento: un rostro masculino en sombra, una mujer en tensión y un perro en actitud defensiva, elementos que dialogan con los tópicos del género policíaco popular de mitad del siglo pasado. El interior suele incluir tipografía y diagramación propias de impresos menores o colecciones populares que difundían relatos breves con gran circulación de quiosco.
El texto es ágil, eficaz y cargado del humor negro característico de Castellani. Se combinan la intriga, el comentario social, la ironía y el toque sobrenatural que finalmente es desmontado o reordenado bajo una lógica de sentido. Para estudiosos, coleccionistas o lectores de Castellani, este ejemplar es valioso porque documenta una fase poco atendida de su obra: la producción narrativa breve destinada a públicos amplios, donde ejercitó formas literarias que rara vez se asocian a su figura sacerdotal y ensayística.