Existen muchas fronteras. Una de ellas es imprecisa, temible, y sólo puede atravesarse una vez.
Es la frontera de la vida y la no vida, la que separa una eternidad a los que la traspasan. Eso se sabe, y todo el mundo se resigna.
Pero David no. David quería demasiado a su hermana Anne, brutalmente asesinada, como para conformarse. Quería volver a encontrarla, y para ello estaba dispuesto a cruzar la línea de las sombras; al otro lado, ella le explicaría quién fue el causante de su fin. David, en su obsesión, se negó a saber que de allí no se regresa, o al menos no se regresa en el mismo estado en que se fue. Y poco a poco, el sueño de la realidad se convirtió en una pesadilla eterna. Para él y para sus amigos...
Tapa blanda con solapas. 274 páginas. Buen estado.