Confróntese con la sospecha, Ensayo Critico sobre la poesía Chilena de los 90
Marcelo Pellegrini
Editorial Universitaria
2006
Cuando Confróntese con la sospecha argumenta que en Chile la literatura -una palabra docta para hablar de la comunicación plena entre dos personas- ha estado avasallada durante tanto tiempo por el temor -un espíritu nacional, político, católico, social-, sugiere la urgencia de que cada uno de nosotros vuelva a leer bien; que estos mismos ensayos, por ejemplo, dejen de ser temerosos y hablen de aquello que confronta al temor -en sus propias palabras-: "el vértigo de un texto iluminado [por] esa belleza que destruye, pero que siempre nos recrea en su caída. Lo que dice el blanco, la fisura como umbral del vacío, del instante frente a la eternidad, el canto de los pájaros en medio del mar."
Lo que cunde es hablar del silencio, no de la mordaza. Y la paradoja es que el verbo cundir no tiene raíces mapuches ni gallegas, sino que proviene de la antigua lengua gótica; que esa raíz no prosperó en ninguna otra lengua, y que en el comienzo tenía una connotación biológica: cundir era tener hijos, engendrar algo nuevo a partir de lo que ya existe. Oponerse a la muerte.