Fundación Universidad de Oviedo/Nobel, Oviedo, 2004. 25x17cm. 630 págs. Cartoné editorial. Incluye CD. Perfecto estado. // Edición de A. Fernández Insuela, Mª del Carmen Alfonso García, Mª Crespo Iglesias, Mª Martínez Cachero y M. Ramos Corrada // Recoge el presente volumen las actas del Congreso Internacional dedicado a Casona en el centenario de su nacimiento: una treintena de estudios de especialistas dedicados a la recepción nacional y extranjera del autor, su lugar en el teatro contemporáneo, sus relaciones antes y tras el exilio, sus colaboraciones periodísticas, su poesía, etc. // «Alejandro Casona, seudónimo de Alejandro Rodríguez Álvarez (Tineo, Asturias, 1903-Madrid, 1965). Dramaturgo, poeta e inspector de Enseñanza Primaria. Maestro, e hijo de maestro. Pasó su infancia en Villaviciosa, y en 1913 inició, en Gijón, sus estudios de Bachillerato, que concluyó en Murcia, donde residió entre 1917 y 1922, año en que inició sus estudios de Magisterio en Madrid. En la capital española frecuentó las tertulias de Pombo y del Café Platerías. A partir de 1926 fue Inspector de Enseñanza primaria. Entre 1928 y 1932 residió en la localidad aragonesa de Les, donde fundó el teatro infantil El Pájaro Pinto, con el que colaboró el compositor Pedro Bustamante. Gran admirador de Valle-Inclán, en el campo del teatro es considerado como una importante figura de transición, tanto por su propia obra, como por su papel como director del Teatro del Pueblo de Misiones Pedagógicas, que efectúo una labor parecida a la efectuada coetáneamente por La Barraca. Su primera obra estrenada -en Zaragoza, y en 1929- fue El crimen de Lord Arturo, basada en el cuento de Oscar Wilde. Con La sirena varada (1934) obtuvo el Premio Nacional de Literatura. Otros títulos suyos de preguerra son Otra vez el diablo (1935), que se representó en el Teatro Español con decorados de Burmann, y Nuestra Natacha (Madrid, Magisterio Español, 1936), obra esta última que obtuvo una gran resonancia por sus connotaciones políticas frentepopulistas. Alcanzó enorme difusión su antología de lecturas literarias para niños Flor de leyendas (Madrid, Espasa-Calpe, 1934), con ilustraciones de Rivero Gil, y también galardonado con el Premio Nacional. Recordemos también su obra poética: El peregrino de la barba florida. Leyenda milagrosa (Madrid, Mundo Latino, 1926) y La flauta del sapo (1930). Encontramos su firma en Ágora (Albacete), Ciudad, Ddooss, Diablo Mundo, Eco y Frente Literario. Marchó de España en 1937, con la compañía de Collado-Díaz Artigas, que recorrió diversos países americanos. Posteriormente se instaló en Buenos Aires» [Bonet, Diccionario de las vanguardias en España (1907-1936), págs. 147-148] //