«Hay muchas películas, pero poco cine. Es preciso reinventarlo». Con esta idea de Bertolucci, el autor toma la piqueta de la duda para demoler el cine actual, «falso y pretencioso como un chalé prefabricado». A lo largo de esta obra Alfonso Basallo denuncia la tiranía de la imagen, la crisis de los géneros, la pérdida de los conceptos del héroe y del amor, y los más burdos reclamos de los mercaderes de la pantalla. 2001: la odisea del cine es una mirada ácida y «tal vez impertinente» sobre la despersonalización del séptimo arte. Basallo reivindica con entusiasmo el cine clásico y todo aquello que lo representa: elegancia narrativa, magia visual, poesía, humanismo... Un cine que desafía el paso del tiempo, «como los relojes de pulsera de los soldados muertos en la trinchera» (Cocteau).