DESCRIPCIÓN: EDITAN:ASOCIACIÓN DE HISTORIA CONTEMPORÁNEA. MARCIAL PONS, EDICIONES DE HISTORIA. 2001. TAPA BLANDA. 21 X 13,5 CM. 246 PÁGINAS. TEXTO: CASTELLANO
Podría parecer que está todo dicho sobre el término «intelectual» y su significado en la historia cultural de España; como ha demostrado Inman Fax, apareció en el vocabulario español a finales del siglo XIX, lo mismo que en Francia, en el contexto del Affaire Dreyfus y su equivalente hispano, que algunos historiadores han denominado Affaire Montjuic. Pero los estudios más recientes y la importante bibliografía que ha generado la conmemoración del 98 han cambiado muchos enfoques tradicionales. En la actualidad se está reformulando el asunto del «nacimiento de los intelectuales»: se incluyen nuevos nombres en la relación canónica de los modernos «intelectuales» españoles, como Manuel Azaña, por fuerza ignorado durante el franquismo; por otro lado, la fecha de «nacimiento» de estos «intelectuales» se retrotrae a los orígenes del liberalismo: Santos Juliá considera que es en el momento en el que existe un mercado libre de ideas para escritores libres cuando surge este particular grupo social. Pero, de hecho, estos hombres eran «escritores», como los denomina Paul Bénichou en su estudio sobre este proceso en Francia; o «autores» cuando las primeras leyes liberales empiezan a reconocerles determinados derechos. Todavía no tenían la «autoridad» que se le supone a un «intelectual», y que se les reconocería hacia el final del siglo. La mejor concreción del nuevo status del intelectual como un hombre capaz de hablar en nombre de su propia y particular autoridad es, quizá, la invención de una forma nueva de escritura, con un estilo nuevo en la exposición de ideas, el ensayo en el sentido moderno de la palabra, introducido en la literatura española a finales de siglo, según recordaba recientemente J. C. Mainer. De esta forma, la historia de los intelectuales en España se nos muestra hoy más rica y diversa de lo que generalmente se había pensado. Probablemente, haya que reconsiderar la cuestión del momento en el que surgen los «intelectuales»: a cada instante de esta historia aparecen tipos particulares de «intelectual» con distinto status y con formas diferentes de ser en la sociedad. En este sentido, se puede hablar al mismo tiempo de «intelectuales» antes de los «intelectuales», de «intelectuales» canónicos de fin de siglo, e incluso, en la actualidad, de la posible «muerte de los intelectuales». Así, la pregunta que se nos plantea es: ¿, cómo serán los intelectuales del futuro?