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GÉNERO: Ensayo || TEMÁTICAS: Templarios. Historia medieval. Cristianismo. Tradición iniciática || DIRECTOR: Fernando Arroyo Durán || FIRMA CORPORATIVA: Templespaña, Sociedad de Estudios Templarios y Medievales || AUTORES: Fernando Arroyo Durán, Julián Martos Rodríguez, José Luis Delgado Ayensa, Sergio Fritz Roa, Jordi Castañé i Mestres, Florencio Pascual Rodríguez-Valdés, Juan Ignacio Cuesta Millán, José Miguel Nicolau González, José Carlos Sánchez Montero, Francisco Rafael de Pascual Rubio, Ángel Almazán de Gracia, José Antonio Mateos Ruiz, Chema Ferrer Cuñat, Mauro Zorrilla Hierro, Antonio Galera Gracia, Jesús Ávila Granados, Raúl Riesco Martínez, José Antonio Hurtado García, Carlos García Costoya, Alfonso Sánchez Hermosilla, Santiago Soler Seguí || EDITOR: Editorial Aguilar | Grupo Santillana (Madrid, España) || PRÓLOGO: Luis Alcaina Guzmán || FORMATO: Cartoné (tapa dura con sobrecubierta), 912 pp., il. col., 25 x 16 cm || ISBN: 9788403095854
Codex Templi es una enciclopédica obra sobre la Orden del Temple de cerca de un millar páginas y de un centenar ilustraciones a color: miniaturas y grabados de códices, biblias, beatos y manuscritos medievales; arte religioso de hasta el siglo XVI; fotografías de castillos, iglesias, mezquitas, reliquias, iconografías, frescos, obras pictóricas procedentes de museos, archivos, bibliotecas y templos de España, del resto de Europa y de Oriente Medio. Dirigida y coordinada por la Sociedad de Estudios Templarios y Medievales «Templespaña», editada por uno de los principales grupos editoriales en lengua española, el Grupo Santillana (Editorial Aguilar), y elaborada por más de una veintena de especialistas, Codex Templi está llamada a convertirse en un referente, en un clásico dentro de su género.
No estamos ante un libro más de los centenares que sobre el Temple se han escrito y publicado. Estamos, sin lugar a dudas, ante una obra paradigmática, una obra que marcará un antes y un después en la divulgación del fenómeno templario. No en vano, este fenómeno medieval es algo que trasciende al estudio meramente histórico, como lo demuestra el hecho de que, espiritual e ideológicamente, siga muy presente en la memoria colectiva de Europa y de su prolongación cultural en América. Es por ello que decimos que la Orden del Temple es algo más que un fenómeno histórico, es un arquetipo universal revestido de connotaciones místicas y épicas, y como tal debe ser estudiado y analizado desde diversas perspectivas o disciplinas (historia, teología, metafísica, arquitectura, historia del arte, simbología, mitografía, antropología cultural, etc.).
Siendo como es el fenómeno templario algo que se gestó en el corazón de la Cristiandad occidental (en el Císter de San Bernardo de Claraval), no menos cierto es que tuvo su nacimiento en Oriente, en Tierra Santa, bajo las ruinas del Templo salomónico de Jerusalén y con la antigua mezquita de Al-Aqsa como Casa Madre. Tal vez por ello es que el fenómeno templario, adscribiéndose a la tradición particular cristiano-católica, es también un fenómeno enraizado en la Tradición Primordial, el tesoro sapiencial e iniciático subyacente en los principios fundamentales de todas las culturas y teogonías religiosas del mundo, la que, en palabras del gran metafísico francés René Guénon, se aplica a todo lo que depende de verdades principales o de principios inmutables que se derivan de la Verdad primera y única, y que es, por tanto, unánime y supraconfesionalmente sagrada; en suma, la que expresada en términos evangélico-joánicos (y, por consiguiente, templarios) se refiere a ese Verbo que ya era en el principio (Jn 1, 1), y que en Cristo se hizo carne (Jn 1, 14).
A propósito de esta dimensión universal del Temple, Luis Alcaina Guzmán, vicepresidente de Templespaña y masón de alto grado de la Gran Logia de España, señala en el prólogo de la obra que: «... no cabe la menor duda de que aquellos que fueron caballeros de Oriente y Occidente se vieron impregnados necesariamente de diversas corrientes religiosas y filosóficas; pero no debe olvidarse que la Orden fue instituida por la Iglesia católica y que dependía directamente del romano pontífice.».
Estando por tanto ante una obra colectiva, lo estamos también ante una obra plural en sus planteamientos, en la que cada capítulo ha sido redactado de manera independiente, pero en la que, con frecuencia se hallan vinculaciones o referencias a otras secciones de «Codex Templi». Todo ello permitirá una completa exposición temática.
Partiendo de estas premisas, «Codex Templi» se ha concebido como una obra integral, de ahí que se componga de capítulos que cabría encuadrar, a grandes rasgos, en ensayos de divulgación e investigación histórica, ensayos doctrinales (desde una perspectiva teológica católica y filosófica tradicional —sapiencial e iniciática—) y, por último, ensayos mitográficos, antropológicos y desmitificadores.
Esta división genérica podría subdividirse a su vez en otras categorías más específicas y, en algunos casos, hay capítulos de la obra que se encuadrarían en más de un epígrafe de los referidos.
SINOPSIS DEL CONTENIDO
Los ensayos de divulgación histórica, a la par que relatan hechos apasionantes, son fundamentales para el conocimiento cabal de la Orden del Temple y del contexto medieval en que se desarrolla la singladura de los monjes-guerreros, amén de muy útiles como fuente de consulta, pues aportan una ingente cantidad de información sobre todos los aspectos contingentes de la Orden (histórico, épico, cronológico, organizativo, militar, financiero, logístico, etc.). A este apartado se adscriben capítulos como los del navarro José Luis Delgado Ayensa («III. Caballeros templarios: monjes y guerreros, custodios y cruzados»), sobre la Caballería cristiana y la doble dimensión religiosa y militar del Temple; el catalán Jordi Castañé i Mestres («V. La encomienda templaria»), sobre la vida conventual, la organización militar y logística, la gestión de recursos (casas, molinos, aldeas, campos y granjas), etc. De divulgación histórica son también el ensayo del prior de la SMOTH, el mallorquín José Miguel Nicolau González («VIII. El rey templario»), que trata de la vida y gestas del rey aragonés Jaime I «el Conquistador» —tutelado y educado en su infancia por los templarios de la fortaleza de Monzón—, sobre la reconquista cristiana de Mallorca impulsada por dicho monarca y el «Repartiment» de las propiedades de la isla y futuro reino, etc; el del coordinador general de Templespaña y sensei aikidōka Raúl Riesco Martínez («XX. El establecimiento de la Orden del Temple en los reinos hispánicos y su presencia en el Camino de Santiago»), sobre los templarios en la España de la Reconquista y en la ruta jacobea; y el del escritor y periodista gallego Carlos García Costoya («XXII. Los templarios y la Vera Cruz»), sobre la relación de los templarios con las reliquias de los lignum crucis, entre ellas la Cruz de Caravaca. Y también cabe adscribir a este apartado los ensayos de Florencio Pascual Rodríguez-Valdés («VI. Templarios, los banqueros de la Cristiandad»), que en su caso, además, enriquece la perspectiva histórica sobre las finanzas de la Orden con su visión particular como economista y político (exconcejal), y el de José Carlos Sánchez Montero («IX. Apogeo y decadencia, arresto y juicio de la Orden del Temple»), que sobre el proceso judicial contra la Orden hace lo propio en su calidad de licenciado en Derecho.
Entre los capítulos que tienen un mayor componente de investigación está el de José Antonio Hurtado García («XXI. De cómo el Temple llegó a América antes del descubrimiento oficial»). En el estudio de este historiador e ingeniero aeronáutico madrileño residente en las islas Canarias, los análisis cartográficos («Atlas Catalán» de Cresques y «Carta marítima» de Dulcert) y los cálculos matemáticos y geográficos del primer viaje colombino tienen un peso específico muy importante. En cuanto a los dos originales capítulos aportados por el doctor en Historia, licenciado en Teología y escritor murciano Antonio Galera Gracia («XVII. Nuevos descubrimientos sobre el Bafomet templario» y «XIX. Los templarios y la raza maldita de los agotes»), se basan, el primero de ellos en hallazgos arqueológicos y en consideraciones teológicas, y el segundo en la interpretación de documentos inéditos. Otros ensayos, a caballo entre la divulgación histórica y la investigación, son los de Julián Martos Rodríguez («II. Codex Templi: Los textos»), en el que este profesor de español en la Sorbona de París aporta una buena cantidad de documentos históricos traducidos por él directamente de su versión francesa: documentos clásicos como la Regla primitiva y la Loa de San Bernardo, y también documentos inéditos en español (varias cartas); el de Alfonso Sánchez Hermosilla («XXIV. La Sábana Santa y los templarios: De cómo la Síndone llegó a Occidente»), que, en su calidad de médico forense y miembro del Centro Español de Sindonología, aporta información técnico-científica que otorga un valor añadido a un tema sobre el que se han vertido ríos de tinta, no siempre con el debido rigor.
En lo que se refiere a los ensayos tradicionales, que se ocupan en buena medida del aspecto doctrinal y filosófico, los dos del escritor, editor y erudito soriano Ángel Almazán de Gracia («XI. Los guardianes de la Tierra Santa: El esoterismo templario» y «XVI. Los templarios y la búsqueda del Santo Grial») resultan muy interesantes y sui generis, en tanto representan la sintetización (que no sincretización) de amplios conocimientos doctrinales, fruto de muchos años de estudio de los símbolos y los arquetipos, la metafísica, la psicología profunda junguiana y las diversas tradiciones espirituales y filosóficas de Oriente y Occidente (esoterismo cristiano, sufismo, gnosis chiíta, neoplatonismo, pitagorismo, hermetismo alejandrino, alquimia, vedanta advaita…). Otros ensayos magistrales, en la línea de la Tradición espiritual e iniciática, corresponden a los capítulos aportados por diversos especialistas: ensayistas eruditos, miembros de órdenes iniciáticas y caballerescas, directores de revistas de temática tradicional e incluso un religioso profeso de la Iglesia católica. En este apartado tenemos al exmiembro de la Orden Soberana del Temple Iniciatico (OSTI) José Antonio Mateos Ruiz, («XII. La caballería cristiana. La iniciación templaria»), que aborda aspectos de la mística cristiana y sufí, la filosofía caballeresca luliana, el esoterismo católico de Charbonneau-Lassay y la Hermandad del Paráclito, etc; al escritor y poeta vasco Mauro Zorrilla Hierro («XIV. Dante y la filiación templaria de la Fede Santa»), que aporta una lectura templaria de la obra de Dante Alighieri y apuntes sobre las filiaciones laicas de la Fede Santa, la Massenie du Saint-Graal y los Fedeli d'Amore; y al escritor y editor chileno, amén de director de la revista «Bajo los hielos», Sergio Fritz Roa («XXIX. Templarios y alquimistas»), que hace una exposición sapiencial desde los templarios a la leyenda de los Frères Aînés de la Rose-Croix, y desde San Alberto Magno, Arnau de la Vilanova o el «Doctor Iluminado» Ramón Llull, a Fulcanelli, Eugène Canseliet o Roger Caro, el Imperator de los F.A.R.+C. que situaba a su orden caballeresca y sacerdotal en el camino alquímico del cinabrio. Siendo la alquimia una antigua práctica protocientífica y una disciplina filosófica que combina elementos de la química, la metalurgia, la física, la medicina, la astrología, la semiótica, el misticismo, el espiritualismo y el arte, en el seno de una congregación monástico-militar medieval como el Temple hubo necesariamente miembros versados en ella, y en este sentido Fritz ofrece una interpretación del Bafomet y otros símbolos templarios desde la hermenéutica filosofal.
A caballo entre los ensayos de divulgación histórica y los tradicionales, tenemos los del escritor, diplomado de la Escuela Oficial de Turismo de Generalitat Valenciana y presentador de programas culturales de televisión como «Sicania» o «La Senda Oculta», Chema Ferrer Cuñat («XV. Los templarios y la tradición iniciática de los trovadores» y «XIII. Los templarios y la secta de los Asesinos»), en los que, por un lado, se ofrece un recorrido por todo el fascinante mundo medieval de los trovadores occitanos y las hermandades de los Minnesänger, el amor cortés, el trobar clus —trovar hermético cerrado—, el cuento de Perceval y la leyenda del Santo Grial de Chrétien de Troyes, el Parzival de Wolfram von Eschenbach y la poesía épica caballeresca; y, por otra parte, se aborda el no menos fascinante episodio histórico del Viejo de la Montaña y la secta islámica nizarí establecida en las montañas de Persia y en Siria entre 1090 y 1275: los magnicidas «consumidores de hachís» ismaelíes (musulmanes chiitas) conocidos como Ḥashshāshīn o Assassins. De un interés extraordinario en lo que concierne al aspecto monacal y religioso del Císter y por extensión del Temple, así como del resto de órdenes militares españolas, es el ensayo aportado por el director de la revista «Cistercium», el sacerdote y monje cisterciense trapense P. Fr. Francisco Rafael de Pascual, OCSO («X. La continuidad del Temple en las órdenes militares y el Císter: Valores e ideales de los templarios»); así como el del presidente de Templespaña, director del «Boletín Temple» y caballero de la OSMTH Fernando Arroyo Durán («I. La Orden del Templo de Salomón: primeros años y entorno social»), ensayo de divulgación histórica con tres epígrafes en los que se abordan aspectos doctrinales concernientes a la tradición céltica y la hermenéutica joánica; y nuevamente a Sergio Fritz Roa («IV. San Bernardo y el Temple: El brazo armado de la Iglesia»), donde el peso de la doctrina tradicional (la particular cristiano-católica, en la línea paulista, bernardiana y agustiniana, y la primordial o unánime en la línea guénoniana y evoliana) constituye el armazón del capítulo.
En otro orden se sitúan los ensayos desmitificadores, entre los que cabe incluir el de Fernando Arroyo Durán («XXV. Templarios, jesuitas y masones: El afán legitimista»), que si bien argumenta la incuestionable vinculación histórica y tradicional entre los francmasones operativos medievales y los templarios, y la de ambos con la masonería especulativa y el neotemplarismo caballeresco de origen masónico, pone de manifiesto que la cadena de transmisión de esta herencia se rompió definitivamente en el siglo XVIII (curiosamente, ya durante los «avivamientos del XVII» los eslabones eran muy débiles y escasos), debido a diversos avatares históricos. Se revelan también en este capítulo muchas de las imposturas y falsificaciones que, por un mero afán legitimista, tanto masones como neotemplarios de adscripción masónica, con la colaboración en ocasiones de jesuitas (que buscaban con ello desprestigiar a la masonería), llevaron a cabo durante los siglos XVIII y XIX. De nuevo Chema Ferrer Cuñat («XXVI. El Priorato de Sión y los merovingios: un mito nacionalista»), desmontando esta vez con información fidedigna algunos de los mitos y falsedades que, en los últimos tiempos, alimentan buena parte de la espuria literatura dedicada a vulgarizar la figura de Cristo, a tergiversar la historia del cristianismo y a inventar todo tipo de grotescas conspiraciones eclesiásticas y ocultistas. Desmitificadores son también varios ensayos de los encuadrados en otros apartados. Realmente el conjunto de la obra puede calificarse de desmitificadora, destacando en este sentido los capítulos autoría de Antonio Galera (en el aspecto histórico-teológico) y los de Ángel Almazán (en el aspecto tradicional-doctrinal).
En el apartado de los ensayos que cabría adscribir a la mitografía y la antropología, al ocuparse de mitos, creencias, leyendas y costumbres que de un modo u otro se vinculan al tema templario como fenómeno social y cultural, tenemos el del escritor y periodista, responsable de la sección «Lugares de poder» del programa radiofónico «La Rosa de los Vientos» (Onda Cero), Juan Ignacio Cuesta Millán («VII. Los enclaves templarios españoles: Arquitectura y simbolismo»), en el que, además de reparar en las especiales características de ciertos enclaves templarios vinculados a las tradiciones mágicas y sagradas ancestrales (en los llamados precisamente «lugares de poder»), ofrece todo un repertorio de conocimientos relacionados con el simbolismo arquitectónico e iconográfico, la geometría sacra y el número áureo, el misticismo y el esoterismo como «amplificador» de lo sagrado, la Cábala y el método de interpretación gemátrica, etc. En una línea erudita parecida, tenemos los ensayos de otro prolífico escritor, el periodista granadino, premiado por el Consejo de Europa, Jesús Ávila Granados («XVIII. Los templarios y los cátaros», «XXIII. Los templarios y las vírgenes negras» y «XVIII. El santoral templario»), en los que ofrece una panorámica histórica, mitológica y doctrinal que, remontándose al zoroastrismo y los cultos mistéricos grecolatinos, llega hasta los tiempos del cristianismo primitivo y sus diversas ramificaciones (corrientes gnósticas), y de ahí hasta las herejías medievales de los bogomilos y los cátaros, todo ello jalonado de abundante información sobre enclaves y reliquias templarias, simbolismo iconográfico y zodiacal, hagiografía, etc. En este apartado está también el capítulo del divulgador histórico valenciano experto en castellología y armamento medieval, autor, entre otros trabajos, de «101 misterios de la Catedral de Valencia», Santiago Soler Seguí («XXVII. Leyendas templarias»), una recopilación de leyendas españolas que, además de un gran valor antropológico, exponen toda la riqueza tradicional, simbólica y arquetípica de la cultura popular, aderezada en este caso con la propia riqueza simbólica del elemento templario. Por otra parte, de las difusas fronteras donde termina la historia y comienza la leyenda, siempre se pueden extraer enseñanzas (las llamadas popularmente «moralejas») y datos históricos muy valiosos.
Cierra la obra una «Bibliografía templaria», no crítica ni sumaria, sino cuasi integral, con prácticamente todo los ensayos y estudios monográficos publicados hasta el momento en las lenguas cooficiales españolas: castellano, catalán, euskera y gallego, y buena parte de lo publicado en portugués y otros idiomas (en este último caso sobre el Temple en España).
SUMARIO
Prólogo
Por Luis Alcaina Guzmán
Capítulo I - La Orden del Templo de Salomón: primeros años y entorno social
Por Fernando Arroyo Durán
Capítulo II - Codex Templi: Los textos
Por Julián Martos Rodríguez
Capítulo III - Caballeros templarios: monjes y guerreros, custodios y cruzados
Por José Luis Delgado Ayensa
Capítulo IV - San Bernardo y el Temple: El brazo armado de la Iglesia
Por Sergio Fritz Roa
Capítulo V - La encomienda templaria
Por Jordi Castañé i Mestres
Capítulo VI - Templarios, los banqueros de la Cristiandad
Por Florencio Pascual Rodríguez-Valdés
Capítulo VII - Los enclaves templarios españoles. Arquitectura y simbolismo
Por Juan Ignacio Cuesta Millán
Capítulo VIII - El rey templario
Por José Miguel Nicolau González
Capítulo IX: Apogeo y decadencia, arresto y juicio de la Orden del Temple
Por José Carlos Sánchez Montero
Capítulo X – Continuidad del Temple en las órdenes militares y el Císter. Valores e ideales de los templarios
Por P. Fr. Francisco Rafael de Pascual Rubio, OCSO
Capítulo XI – Los guardianes de Tierra Santa. El esoterismo templario
Por Ángel Almazán de Gracia
Capítulo XII – La caballería cristiana. La iniciación templaria
Por José Antonio Mateos Ruiz
Capítulo XIII – Los templarios y la secta de los Asesinos
Por Chema Ferrer Cuñat
Capítulo XIV – Dante Alighieri y la filiación templaria de la Fede Santa
Por Mauro Zorrilla Hierro
Capítulo XV – Los templarios y la tradición iniciática de los trovadores
Por Chema Ferrer Cuñat
Capítulo XVI – Los templarios y la búsqueda del Santo Grial
Por Ángel Almazán de Gracia
Capítulo XVII – Nuevos descubrimientos sobre el Bafomet templario
Por Antonio Galera Gracia
Capítulo XVIII – Los templarios y los cátaros
Por Jesús Ávila Granados
Capítulo XIX – Los templarios y la raza maldita de los agotes
Por Antonio Galera Gracia
Capítulo XX – La implantación de la Orden del Temple en los reinos hispánicos y su presencia en el Camino de Santiago
Por Raúl Riesco Martínez
Capítulo XXI – De cómo el Temple llegó a América antes del descubrimiento oficial
Por José Antonio Hurtado García
Capítulo XXII – Los templarios y la Vera Cruz
Por Carlos García Costoya
Capítulo XXIII – Los templarios y las vírgenes negras
Por Jesús Ávila Granados
Capítulo XXIV – La Sábana Santa y los templarios. De cómo llegó la Síndone a Occidente
Por Alfonso Sánchez Hermosilla
Capítulo XXV – Templarios, jesuitas y masones: El afán legitimista
Por Fernando Arroyo Durán
Capítulo XXVI – El Priotrato de Sión y los merovingios: Un mito nacionalista
Por Chema Ferrer Cuñat
Capítulo XXVII – Leyendas templarias
Por Santiago Soler Seguí
Capítulo XXVIII – El santoral templario
Por Jesús Ávila Granados
Capítulo XXIX – Templarios y alquimistas
Por Sergio Fritz Roa
Bibliografía templaria
Procedencia de las ilustraciones