es una novela de corte filosófico, cargada de simbolismo y con un enfoque en temas relacionados con la dualidad del ser, la identidad de género y la búsqueda de la libertad a nivel sexual y emocional. El libro narra la transformación personal del personaje principal, obrando como un análisis sobre la frágil definición de lo masculino y lo femenino en la naturaleza humana. A pesar de su temática provocadora, Sampedro logra tocar elementos profundos del ser humano, haciendo que la obra trascienda más allá de una simple novela romántica o autobiográfica.