Es una novela que retrata la vida de una joven afroamericana en el sur de los EE. UU. a principios del siglo XX, abordando cuestiones clave como el racismo, el sexismo y la opresión. La autora, Alice Walker, es especialmente conocida por su activismo y su defensa de los derechos civiles, lo que añade aún más valor histórico y social a su obra literaria.