Situada en la España rural de posguerra, el relato se centra en el mundo de los gancheros, quienes trabajaban transportando los troncos por el río Tajo. A través de una narrativa profunda y evocadora, Sampedro no solo relata las duras condiciones de vida de estos trabajadores, sino que también ofrece una reflexión sobre la libertad, la naturaleza humana y el poder de la naturaleza.