El dinamismo y la capacidad de innovación que son el santo y seña del capitalismo, y que han permitido su triunfo, generan sin cesar nuevas estructuras empresariales, nuevas divisiones sociales, nuevos modelos económicos y cambios por doquier. Es decir, nuevas oportunidades y nuevos riesgos. Estos cambios afectan a todo nuestro entorno y requieren que multipliquemos nuestra atención -al medio ambiente, a la concentración de los medios de comunicación, a la estructura de la familia, a la regulación de los mercados de capitales, etcétera, para ser conscientes de los problemas que nos acechan y de cómo podemos superarlos.