1991,rústica con solapas,leves roces.SINOPSIS:«Estamos ante lo que puede parecer una muestra de literatura del horror pero no es así, ya que los cuentos de José María Latorre no producen escalofríos en la médula del lector por una razón muy sencilla: el autor pone por delante de la truculencia argumental el cuidado de la forma literaria. Latorre declara en el epílogo dedicar su libro a quienes tienen confianza en él y le animan a proseguir su carrera literaria. Me siento aludido en la dedicatoria, puesto que yo, convencido de sus facultades literarias, también sinceramente le animo a no cesar en el empeño». (Manuel Cerezales, El Sol, 1991)