La llegada del chivo Julio trastorna la vida de Arroyo de la Lombriz de Arriba y Arroyo de la Lombriz de Abajo dos pueblos cuyos habitantes ni tan siquiera se hablan entre ellos. Julio con sus travesuras logra que los habitantes de ambos pueblos vuelvan a dirigirse la palabra y éstos finalmente lo aceptan y Julio se queda con ellos en compañía de otor Julio el afable e ingenioso viajante que le había dado su propio nombre.