Editorial Capitán Swing Libros, S.L. Diseño Gráfico: Filo Estudio. Corrección Ortotipográfica: Manuel Pérez Subirana. Madrid, 2024. Ensayo. Propaganda. Sociedad. Política. Encuadernación en Tapa Blanda de editorial Ilustrada en delantera y trasera con Solapas. Estado de Conservación: COMO NUEVO el cuerpo e interior del libro en cuanto a su lectura y compostura. INTACTO. Excelente Estado la cubierta. Presenta muy leve mordisco en el ángulo superior de la delantera, apenas perceptible, y sin menoscabar el impecable estado del ejemplar. 22x14 cms. 150 páginas. Llamamos malismo al antiintuitivo mecanismo propagandístico que consiste en la ostentación pública de acciones o deseos tradicionalmente reprobables con la finalidad de conseguir un beneficio social, electoral o comercial. Quizás sea en política donde este fenómeno asentado en la última década en Occidente resulta más llamativo. Una representante pública entiende la destrucción de las infraviviendas de las personas sin hogar como un acto autopromocional. Otra aumenta su aceptación popular tras calificar de mantenidos subvencionados a los desfavorecidos afectados por una pandemia. Un alcalde se jacta de que no hará nada en absoluto por aquellos estudiantes y trabajadores que no pueden acceder a una vivienda digna en la ciudad que gestiona. Insultar a alguna minoría o mostrarse agresivamente contrario a consensos de mínimos como la justicia social o la Agenda 2030 es hoy en día tendencia en la propaganda política. Pero el malismo está también muy presente en cualquier forma de comunicación a pequeña o gran escala. Los bares de moda ostentan nombres canallistas. En los concursos de televisión son bien recibidas las figuras de poder que humillan a sus concursantes. El nuevo cristianismo neopentecostal que triunfa en nuestros barrios no es ya una religión de amor sino una de odio al diferente. Soldados sionistas difunden con orgullo pruebas audiovisuales de sus propios crímenes de guerra. Lo malote ha dejado de ser solo un sistema ingenioso para vender el producto musical de un grupo de jóvenes punks de barrio o un vídeojuego gamberro. Es una eficiente fórmula publicitaria que ya no se dirige contra los poderosos, sino que es una herramienta de estos. ÍNDICE. 1. Introducción. A qué llamamos malismo. 2. Naming malista. La tendencia a denominar productos, pertenencias o establecimientos comerciales con nombres que celebran el mal. 3. La Agenda 2030. Un montón de buenos propósitos que suscitan odio. 4. Buenismo. Mejor ser cándido con buenas intenciones que un mierdas. 5. El canal de Telegram de tus propios crímenes. La moda de grabar tus delitos solo por gusto o para presumir ante los colegas. 6. Comunicación comercial malista. Cómo vender servicios y productos sin dejar de insultar a tu posible clientela. 7. Las justificaciones del mal. La decadencia de las explicaciones a la opinión pública. 8. Malismo entre amigos. Confesar faltas a tus discípulos entraña menos riesgo. 9. Masas malistas. Linchar al inocente o mantener como presidenta de tu comunidad autónoma a una granuja a sabiendas: solo no puedes, con cómplices sí.10. Del que te vote Txapote al me gusta la fruta. Comunicación política malista. 11. Nazis del misterio. De la izquierda mística demenciada a la ultraderecha freak conspiranoica. 12. Las redes del malismo telemático. Troles, bots, influencers andorranos y agencias de reputación. 13. Los avatares del mal. Este criminal me representa. 14. Malismo en la ficción. Ejemplos de ficciones audiovisuales que han comprendido cómo opera el fenómeno. 15. Malismo y subculturas juveniles. Del jipi al punk y del punk al fascista que se cree punk. 16. Cristianismo malista. La decadencia de las religiones del amor y el auge de las carismáticas. 17. Epílogo. Por qué voy a matar a Herminio Bolaextra. Índice onomástico.