La primera edición de las Odas bárbaras terminaba con la poesía A la rima y Carducci puso este colofón: Quise despedirme de los lectores con una poesía A la rima precisamente en señal de que yo no me propuse con estas odas dar ninguna batalla ni grande ni pequeña ni afortunada ni desafortunada a esa antigua y gloriosa compañera de la nueva poesía latina.