Navaja vauzy, fabricada en Thiers donde cada año celebra la feria del arma blanca y dan premio al mejor artesano
La historia de Vauzy-Chassangue nace en Thiers, en Auvernia, en el corazón de Francia, una tierra de volcanes poderosa y fértil con un clima riguroso. La ciudad, construida en la ladera de una montaña, es atravesada por la Durolle a lo largo de 450 metros de desnivel. Sus aguas, libres de cal, poseen cualidades excepcionales para el temple del acero. Así, desde la Edad Media, en cada calle, en cada casa, familias de cuchilleros perpetúan una tradición de excelencia y un saber hacer auténtico, transmitido de generación en generación. Desde 1751, Louis Vauzy fabrica sus primeros modelos, cuchillos sólidos y elegantes. La cuchillería Chassangue, por su parte, es muy apreciada por los vendedores ambulantes, quienes, de ciudad en ciudad, recorren Europa y dan a conocer la excelencia de sus productos. En 1850, cuando Georges Vauzy se casa con Anne Chassangue, son dos familias, dos herencias de la cuchillería, las que se unen para crear Vauzy-Chassangue. La empresa familiar prospera, adquiere notoriedad entre una clientela fiel, abre una tienda en el 4 de la rue Saint-Marc en Thiers, y luego dos nuevos talleres. Amplía su gama y registra varias nuevas marcas (“Vauzy à l’Église”, “Vauzy à la Lanterne”, “Vauzy à la Chaise” así como la famosa “Marque au Cœur”), fieles a su herencia y a sus valores: Respeto por la tradición y el saber hacer, apertura al mundo y gusto por la excelencia.