Los coleccionistas de monedas siempre se fijan en aquellos ejemplares que cuentan con un error durante su producción. Unas piezas que, como consecuencia de esos fallos, se revalorizan, motivo por el cual pueden invertirse incluso miles de euros en subastas.
Fue en 1999 cuando Bélgica acuñó casi 200 millones de monedas de 50 céntimos. En esta ocasión, en la moneda de 50 céntimos figuraba el retrato del rey Alberto II mirando hacia la izquierda. El motivo, un error relacionado con una irregularidad en las estrellas que rodean el rostro del monarca belga. Unas estrellas “irregulares” generadas, como consecuencia, de un probable exceso de metal en su producción.