Tras la muerte de su padre en el año 976, Hisham era sólo un niño y según la ley islámica un califa no podía ser menor de edad. Tras el asesinato de su tio se nombró como califa al pequeño Hisham y el gobierno recayó en un consejo regente formado por al-Mushafi y Abu Amir con el total beneplácito de Subh, madre del pequeño califa