Cuando apareció esta pieza parecía que no podríamos sacar nada interesante de ella, mil capas de barniz con tonos rojos, carcoma...un horror! pero pudimos ver en ella a nuestra "Pigmalion" particular, primero la tratamos, la limpiamos con paciencia infinita y la fuimos desnudando de todas esas capas de barniz para que pudiera lucir con toda su belleza original. Nos gusto tanto su madera que quisimos lucirla en parte así, desnuda y vestir de pintura solo lo justo para embellecerla. Forramos el interior de sus sus cajones en papel-tela azul francés, un detalle para darle un toque elegante, "et Voila" aquí la tenemos. Sinceramente, el resultado creemos que ha merecido el esfuerzo.