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Benditera-pila Virgen

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El agua bendita como representación del Espíritu Santo, elemento purificador, hacedora de indulgencias y escudo protector contra el mal, las enfermedades y las desgracias siempre ha despertado el interés de los creyentes por sus propiedades sobrenaturales.

Ya desde época paleocristiana, los católicos emplean diversos

recipientes para recoger pequeñas cantidades de las fuentes y depósitos

situados en los lugares de culto que luego portan encima o guardan en sus

domicilios para usarla en los ritos diarios y hacer frente a cualquier

emergencia.

Estos utensilios destinados a almacenar el líquido sacramental,

inicialmente austeros y alejados del ornato, adquieren, por efecto del

contenido, esa carga mágica y gozan de gran predicamento entre los fieles con

lo que, con el transcurrir de los siglos, su uso se generaliza entre todos los

estratos sociales.

La aparición de las aguabenditeras, que evocan en el ámbito doméstico y la devoción privada las primigenias pilas bautismales ubicadas en el exterior de los templos e iglesias, se sitúa a finales de la Baja Edad Media.

Se trata de piezas con un recipiente, cuenco o pililla

semiesférico o troncocónico de poca capacidad en la parte inferior que suelen

presentar forma de placa / plancha ornamentada con orificio para colocar a la

entrada de la vivienda, en un mueble y en la pared del dormitorio con el fin de

persignarse, santiguarse o rezar a la mañana y la noche.

Su evolución como objeto acrecienta el peso de los elementos decorativos e imaginativos en su manufactura combinando la función religiosa con la belleza y la artesanía más preciada

Aunque predominan las cerámicas, producidas en los principales

centros de la alfarería nacional como Talavera, Manises, Alcora, Úbeda, Teruel

y Sevilla, y las de diseño ovalado, su riqueza estilística, temática y formal

es notable e influye en su longevidad como utensilio extendiendo su público a

la esfera laica.

Las hay de infinidad de materiales desde la opulenta porcelana pintada a mano destinada al rey y la nobleza, el biscuit, la loza vidriada, el mármol, la opalina blanca y el vidrio esmaltado de La Granja hasta el marfil, la terracota, el metal, la plata, el oro, el bronce, la piedra, el nácar, el cristal soplado, la hojalata, la madera, el barro, la calamina y el humilde estuco.

Pila benditera. Virgen con Niño. Plata de ley 916. Pórtico. Años

40

Otro tanto sucede con los motivos.Las pilas benditeras se ilustran habitualmente con imágenes de Cristo crucificado, las diferentes Vírgenes, el Niño Jesús, la Cruz y los santos.Son también frecuentes el monograma IHS, el Ángel de la Guarda, el Sagrado Corazón, las escenas de la Biblia, la Déesis, los símbolos de la Pasión, el Espíritu Santo, el ostensorio, los motivos heráldicos y de querubines, el Santo Cáliz, los escudos papales, monásticos y de órdenes religiosas, las veneras, los elementos naturales y otros adornos en línea con las modas que llegan de Francia y Alemania.

La iconografía devocional varía según el foco de producción y en determinadas áreas de la geografía nacional sobresalen unos motivos sobre otros pero destacan Santiago Apóstol, la Inmaculada Concepción, la Virgen del Prado, San Antonio de Padua, la Virgen de la Cueva Santa, la Sagrada Familia, Santa Bárbara, San Juan Bautista, San José o el Cordero Místico.

Las fábricas, artesanos, ceramistas y talleres trabajan con

relieves, moldeados, tallas, policromías, cincelados, esmaltes, reflejos y todo

tipo de técnicas decorativas y compositivas, aunque, al margen de los encargos,

hay también muchas piezas seriadas producidas con moldes y de menor calidad.

Dentro de la extensa oferta existen curiosos modelos de

sobremesa y viaje y otros de gran rareza y alto precio como los retablos y los

altares portátiles, populares en la cerámica valenciana del siglo XIX que se

identifican por la profusión de adornos, figuras, detalles y elementos

arquitectónicos modelados y pintados a mano.

Las pilas benditeras de plata de ley pueden,

además de como amuleto o por su belleza e interés artístico, coleccionarse a la

manera de una inversión a largo plazo gracias al valor intrínseco del material

del que están hechas.

En ocasiones, la plata se embellece con esmaltes, lacados o

pinturas para hacerlas más coloridas y llamativas a nivel visual.

Las dimensiones son muy variables, pero podríamos hablar de unos

cinco centímetros de altura para las más pequeñas mientras que las de mayor

tamaño pueden sobrepasar los veinte centímetros.

Siempre aparecen con motivos religiosos que se combinan con

elementos vegetales, geométricos y arquitectónicos y montan una argolla en el

reverso.

Las placas pueden adoptar formas irregulares, de pórtico y

figurativas, muchas tienen áreas caladas y casi siempre el recipiente se

ilustra con adornos de gallones.

En la actualidad, las benditeras siguen conservando una legión

de adeptos y raro es no ver alguna en la fachada o la pared de una vivienda del

siglo XXI.

avatar agnetejohnson
Da 17/11/2024
Spagna (Asturias)
Venditore registrato come privato.

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