Los boulé porte perruques (literalmente "bola porta pelucas") nacen como objetos utilitarios y decorativos en los siglos XVIII y XIX. Originalmente, estas esferas de soporte servían para guardar o exhibir pelucas, muy populares en la aristocracia y alta burguesía de la época. Con el paso del tiempo, las piezas como la que nos ocupa adquirieron un valor ornamental.
La esfera es de cristal soplado y se encuentra decorada con la técnica del decoupage, muy empleada en el siglo XIX con imágenes de flores, figuras infantiles y simbología romántica.
La peana es de metal fundido, característico de las primeras décadas del movimiento modernista con decoración orgánica.
Es un objeto muy delicado. La base no esta soldada a la esfera y la esfera tiene un tapón de corcho para evitar el desprendimiento del polvo blanco que hay en su interior.