Antes de la llegada del gas butano o el gas ciudad, o se tenía cocina económica de carbón o leña o, si no llegabas, cocina a ras de suelo en el yar o chimenea. Para infraviviendas o habitaciones sin lo anterior, (o incluso para el campo o la batalla), se servián de estos artilugios, que podían quemar petroleo, Keroseno, o alcohol. Solían ser de latón, hierro o bronce o combinaciones de éstos. Con tres patas algo curvas que sujetaban la parte inferior, un recipiente como si fuera una fiambrera cerrada, con dos agujeros, uno con tapa de rosca para introducir el petróleo, y otro para el fuelle que permitía dar la presión necesaria para que el combustible subiera hasta el quemador (donde se metía la mecha) colocado en la parte central, y en la parte alta las patas dobladas y preparadas para sostener los calderos o sartenes.