Estos refinados candeleros en bronce dorado, posiblemente de finales del siglo XIX, son verdaderas joyas del pasado que añadirán un toque de esplendor a cualquier espacio. Su belleza general permanece intacta. Con una altura de 38 cm, una anchura de 18 cm y una base de 18 cm, estos candeleros se destacan por su impecable elegancia y su carácter atemporal.