Cómoda mallorquina / Canterano mallorquín
Localidad de realización: Mallorca.
Fecha: tercer tercio del s. XVIII.
Autor: desconocido.
PROCEDENCIA:
Colección Particular.
MATERIALES:
Madera de pino, jacaranda, hueso, plata y hierro.
TÉCNICA:
Constructiva: los montantes y travesaños del bastidor de la estructura principal están ensamblados mediante caja y espiga. A ellos están clavados mediante clavos de hierro una serie de tableros y listones que forman los costados de la cómoda, la trasera, la tapa y el fondo. Los cajones se unen mediante colas de milano y el fondo está clavado con clavos de hierro a las gualderas.
Decorativa: madera de jacaranda moldurada en las cornisas y cajones, chapeado de la misma madera y hueso embutido.
MEDIDAS PRINCIPALES:
Altura = 111.5 cm; Largo = 150 cm; Profundidad = 74.5 cm.
DESCRIPCIÓN:
La estructura del mueble está realizada en tosca madera de pino. Está formada por cuadro robustos montantes a los cuales se ensamblan los travesaños a caja y espiga. A este bastidor, que conforma la estructura principal del mueble, se encuentran clavados una serie de listones a tope dispuestos en vertical que forman la trasera, la tapa y a su vez el fondo. Los costados están realizados por grandes tableros enterizos de madera colocados en horizontal creando la curvatura del mueble y clavados con clavos de hierro al bastidor. Las gualderas de los cajones se unen con el frente del mismo y la trasera mediante lazos en forma de cola de milano. El fondo del cajón se encuentra clavado a ellos mediante clavos de hierro. Los travesaños dispuestos en perpendicular a la trasera sobre los que se deslizan los cajones tienen una ligera inclinación hacia el frente del mueble con la finalidad de que los registros puedan abrirse con una mayor facilidad. Cada cajón presenta en su centro una cerradura de hierro con forma de corazón en los grandes y rectangular en los pequeños.
El canterano tiene planta sinuosa con unos pequeños quiebros en las esquinas formando 45º. La curvatura de la planta está presente en toda la pieza, ya sea en alzado o en perfil. Contiene dos cajones en cintura y tres enormes cajones debajo de éstos. Todos ellos tienen curvaturas diferentes en sus frentes a causa de seguir el abombamiento irregular de la pieza. Los travesaños que separan los registros son vistos. Cada cajón consta en su centro de una bocallave de plata repujada en la que abunda la rocalla acompañada por tornapuntas en forma de “S” y una venera en la parte superior, todo ello sobre fondo grabado de retícula. Los cajones grandes se abren mediante tiradores de plata situados en sus extremos. Éstos tienen forma de aldaba y se unen a la madera por medio de dos flores en sus extremos, en ellos abunda la decoración de tornapuntas acompañadas por rocalla sobre fondo rayado y picado de lustre. Las salientes esquinas, semblantes a mascarones, se curvan caprichosamente hasta llegar a las patas delanteras en forma de voluta. Las sencillas patas traseras tienen sección cuadrada. Tanto unas como otras, son una prolongación de los montantes de la estructura.
Cada cajón consta de una moldura perimetral en madera de jacaranda que remarca los diferentes registros del mueble. La cómoda se encuentra decorada mediante un chapeado en la misma madera. La dirección de la veta de la madera juega un papel importante, es un plumeado en “V” que cambia de dirección al encontrarse dentro o fuera de las cartelas o registros. A su vez podemos encontrar una decoración de filetes de hueso embutido creando cartelas sinuosas en los centros de los cajones, costados y tapa. El filete de hueso también bordea todo el mueble remarcando la curva y la contra-curva tan presente en toda la pieza. El faldón se encuentra recortado tanto en los costados como en el frente siguiendo una serie de curvas, concavidades y convexidades. Tiene un acabado exterior barnizado.
ESTADO DE CONSERVACIÓN:
El mueble se encuentra en perfecto estado de conservación. La madera del costado derecho se ha aclarado levemente a causa de la luz. Aparentemente todos los elementos son los originales: cerraduras, tiradores, llaves, cajones... a excepción de dos clavos de sujeción de uno de los tiradores y algún tornillo de una de las cerraduras. Los interiores conservan su estado original sin acabado.
ESTUDIO:
Como se ha comentado anteriormente, el esplendor del mobiliario mallorquín empezó en el Barroco y duró hasta el primer tercio del siglo XIX. La sinuosidad de la línea curva, principal característica del mueble de mediados del setecientos, encuentra su máxima expresividad en estas cómodas panzudas. Estas cómodas abombadas aparecen en la corte francesa de Luis XV en los años 30 del setecientos pero, como es lógico, su difusión no fue inmediata y no llegarán a Mallorca hasta fechas bastante más tardías. Hacia 1790 el canterano panxut se encontraba a la moda.
Esta tipología de cómoda es considerada como uno de los muebles de mayor calidad y elegancia de la isla que se desarrollará, como hemos comentado, sobre todo durante el tercer tercio del siglo XVIII. Estos canteranos panzudos o abombados son una tipología que muestra una clara reminiscencia italiana y francesa en cuanto a la sinuosidad de las curvas y la decoración de marquetería o hueso embutido.
A pesar de seguir los modelos franceses e italianos es importante destacar que las mallorquinas tienen una personalidad propia. Se diferencian porque las panzudas francesas son más contenidas en cuanto a su abombamiento, la idea de curva y contra-curva no es tan acentuada y suelen ser más pequeñas y ligeras. A su vez, las francesas son más elegantes y caprichosas en los herrajes, los plumeados, los faldones y las marqueterías. En ellas encontramos bronce en los escudos de cerradura, los tiradores, en el faldón, en las costillas, en las patas, en los pies y, a veces, incluso en todo el frente. Mientras que en las panzudas mallorquinas de calidad rara vez se encuentra este material, siempre son bocallaves y tiradores de plata. Otra diferencia clara sería que el faldón recortado en las mallorquinas queda siempre muy cerca del suelo mientras que en las francesas el último registro queda más elevado siendo las patas más altas y estilizadas.
En cuanto a la comparación con las italianas, las mallorquinas se diferencian mucho de las romanas ya que son más redondas, no tan sinuosas, no tienen travesaños entre los cajones y las marqueterías ocupan la totalidad del frente. Las cómodas panzudas venecianas siguen una línea más francesa en cuanto a la forma, la decoración y los herrajes, además muchas de ellas se encuentran policromadas. Lo mismo ocurriría con las genovesas y emilianas: todas ellas más contenidas, con curvas más discretas y suaves. Con las que tendrían una mayor semejanza serían con las de Liguria y Nápoles, seguramente a causa del gran intercambio comercial que existía con la isla. Pero como se ha comentado anteriormente, las mallorquinas tienen una serie de características propias que no presentan las otras como ahora son las proporciones mucho más cuadradas, los mascarones de las esquinas, los herrajes en plata, la decoración en marquetería mucho más sutil y menos profusa y las patas en voluta, hoja de acanto o pata de cabra.
Dentro de España, con las cómodas que podrían tener más semejanza sería con las barcelonesas en cuanto a forma, pero la diferencia quedaría patente en la comparación de la decoración entre unas y otras.
La cómoda que ocupa el estudio de esta ficha de catalogación tiene unas enormes dimensiones en comparación con el resto de cómodas panzudas mallorquinas de la época, siendo éstas mucho más ligeras y de menor tamaño. Se diferencia de las otras por el hecho de tener tres cajones debajo de los dos en cintura, en vez de dos como suelen tener comúnmente. A su vez, sus patas en forma de voluta no son las más comunes de hojas de acanto o pata de cabra.
Se encuentra construida por el armazón de pino tosco característico. Se recubre con chapas de jacaranda buscando el contraste de las vetas, mientras que finas incrustaciones de hueso dibujan sinuosas líneas en las superficies creando una decoración Rococó de cartelas curvas con grandes reservas en el centro. Éstas cómodas normalmente estaban realizadas con chapeado de jacaranda o palosanto. A su vez, este canterano adquiere una gran personalidad por sus dos pronunciadas y sinuosas costillas en forma de mascarones, en el resto de ejemplares son mucho más suaves y contenidas. Se trata de un ejemplar sumamente interesante por haber conservado los herrajes de plata. Estos derivan aun de estilo Luis XIV, quizás de origen provenzal, pero con decoración plenamente Rococó de veneras, tornapuntas y rocalla.
Cabe remarcar que, aún tratándose de muebles provincianos, hay que diferenciar los de mayor calidad de los de menor. En Mallorca se realizaron cómodas panzudas de menor calidad que intentaban la imitación de las que se exhibían en las casas nobiliarias. Éstas no tienen un abombamiento tan pronunciado y grácil, por lo tanto, la habilidad del artesano no queda manifiesta en estas piezas. La mayor diferencia entre unas y otras serían las costillas. En las de mejor calidad, como la que estamos catalogando, las esquinas en forma de mascarón forman parte de la estructura interna, en cambio, en las de baja calidad no son más que un añadido, de ahí su denominación de “cómodas de costilla falsa”.
Es interesante la comparación de esta cómoda con la que podemos encontrar en la sacristía del convento de la Misión de Palma de Mallorca. Un enorme canterano de 5 metros de largo formado por tres cuerpos y otro superpuesto de una enorme calidad y belleza. Sus curvas, sus costillas, sus pies y su chapeado de jacaranda son muy semejantes a la cómoda que estamos estudiando. Está fechada en 1786, dato que indica el fuerte arraigo que tuvo este modelo de cómoda dentro de la sociedad mallorquina ya que muchas de ellas tuvieron que ser realizadas mientras ya se construían las de estilo Carlos IV posterior.
En el libro El mueble español, estrado y dormitorio aparece una cómoda muy parecida a la que estamos catalogando en cuanto a forma y tonalidad pero de dimensiones más pequeñas. Lo mismo ocurre con otro canterano que se encuentra en las Casas d’Alfàbia24. Actualmente, el conocido anticuario mallorquín Pepe Rubio tiene un canterano muy similar en su tienda de Palma de Mallorca que se diferencia de la nuestra por tener los pies con forma de pata de cabra.