Amuleto colgante romano, representando un pene con sus testículos y parte velluda a los lados. Es evidente que, como seres humanos, siempre hemos tenido dos preocupaciones básicas: la comida y la reproducción. Pues bien, el culto al falo estaba ligado a la necesidad de procurar el crecimiento de los cultivos y la reproducción de la especie, es decir, estaba ligado tanto a la fertilidad de la mujer como a la fertilidad de la naturaleza