Tinaja de barro rojiza, con grano grueso, panza globular, cuello corto y ancho, decoración en relieve geométrica. Tradicional andalusí, posiblemente usada en salinas o para almacenamiento agrícola, de tradición árabe-mudéjar, aunque pudo fabricarse incluso en época posterior (XVII–XIX). La cruz es una marca de taller o símbolo de control, no necesaria-mente religiosa, pero sí un detalle que conecta la pieza con la transición entre el mundo árabe y el cristiano en Granada. Estas tinajas se utilizaban tradicionalmente para almacenar líquidos (vino, aceite, agua, salmuera, miel, granos, etc.). En la zona de Granada y Almuñécar, vinculada al mundo fenicio, romano y luego árabe, eran muy comunes las tinajas de almacenamiento en alhóndigas, salinas y casas agrícolas. El estilo es difícil de fechar: Podría ser: Tradición andalusí (siglos XI–XV), cuando los árabes perfeccionaron la alfarería utilitaria en el sur de España. O bien posterior (siglos XVII–XIX), ya que las tinajas siguieron haciéndose con los mismos métodos y apenas cambiaron durante siglos. El hecho de que proceda de Almuñécar (Granada) ya que allí hubo salinas de origen romano y continuidad en época árabe. En la boca hay una cruz incisa o marcada. Esto puede tener varios significados: Marca de taller: los alfareros solían marcar sus piezas con símbolos sencillos, y la cruz es uno de los más comunes. Cristianización posterior: en época cristiana, muchas tinajas siguieron fabricándose en alfares mudéjares, y los símbolos cristianos se mezclaban con técnicas árabes. No necesariamente indica una cruz religiosa “templaria”, sino un signo práctico de identificación. Almuñécar fue un enclave fenicio, romano (Sexi Firmum Iulium) y luego musulmán. En época árabe, la producción de cerámica utilitaria era fundamental para las actividades agrícolas y comerciales (almacenamiento de salazones, aceite, vino). La tinaja encaja perfectamente en esa larga tradición de la cerámica granadina y andalusí.