Álbum homónimo de la cantante y actriz francesa Vanessa Paradis, lanzado en 1992. Este álbum, producido por Lenny Kravitz, marca un punto de inflexión en la carrera de Paradis, mostrando una faceta más madura y rockera. Con influencias del pop rock y el soft rock, el álbum incluye canciones en inglés y francés, destacando éxitos como Be My Baby y Sunday Mondays. Una joya musical que fusiona el talento de Paradis con la visión creativa de Kravitz.