HISTORIA GENERAL Y NATURAL DE LAS INDIAS, Islas y Tierra firme del Mar Océano. Publícala la R.A. de la Historia, cotejada con el códice general, enriquecida con las enmiendas y adiciones del autor, e ilustrada con la vida y el juicio de las obras del mismo por D. José Amador de Los Ríos.
Madrid 1851-55.
4 vols. folio.
I- Frontis, CXIIp, 632p, 5 láms. (facs.)
II- Frontis, VIIp, 511p, 3 láms. (2 despl.), 1h
III- Frontis, VIIIp, 651p, 1h, 2 láms.
IV- Frontis, VIIIp, 619p, 1h, 5 láms. (1 despl. color).
Hol. nervios moderna, conservan cubs. originales, algo de óxido. Las láminas del tomo I están facsimiladas, el resto es original
Palau: 'Edición magnífica en todos los conceptos, tanto por el mérito histórico como por la presentación nítida y correcta'.
Gonzalo Fernández de Oviedo -tras su segunda estancia en América- publicó el Sumario de la Natural Historia de las Indias (1526), dedicada a Carlos I como un adelanto del "tratado que tengo copioso de todo ello", pues ya había empezado a redactar su obra más famosa, la Historia general y natural de las Indias, islas y tierra firme del mar océano, que relataba acontecimientos que van de 1492 a 1549.
La primera parte de esta obra fue impresa en 1535 por Cromberger en Sevilla, la impresión de la segunda parte en Valladolid quedó interrumpida por la muerte del autor en 1557 y sólo se editó completa entre 1851 y 1855 en cuatro volúmenes al cuidado de José Amador de los Ríos y encargados por la Academia de la Historia.
Fue traducida al inglés, italiano (Venecia, 1532) y latín y alcanzó en un siglo 15 ediciones, transformándose en un clásico de la etnografía y la antropología.
Tras una breve disquisición sobre la navegación al Nuevo Mundo, trata de La Española, Cuba y otras islas de las Antillas, así como de Tierra Firme, ocupándose de los habitantes y sobre todo de los animales y vegetales. El libro XVI trata exclusivamente de Puerto Rico.
En la Historia, este ordenamiento geográfico es reemplazado por otro inspirado en Plinio el Viejo: primero, los vegetales subdivididos en plantas cultivadas, árboles y hierbas; después, los animales, comenzando por los terrestres, siguiendo con los acuáticos y aéreos y terminando con los insectos.
En esta obra critica las Décadas reunidas por Pedro Mártir de Anglería a causa de haber tomado sus fuentes de forma indirecta; dice Oviedo: "Deseaba escribir lo cierto si fielmente fuera informado, mas como habló de lo que no vido... sus Décadas padecen muchos defectos".
En sus escritos americanos, Oviedo se presenta como un admirador de la naturaleza y de las costumbres indígenas, que describe con entusiasmo y libre de prejuicios clasicistas, fiándose exclusivamente del dato empírico y la observación directa. Por ello se le considera uno de los primeros antropólogos avant-la-lettre. Igualmente son de gran utilidad científica sus indicaciones botánicas y etnológicas.